NUESTROS DIPLOMÁTICOS

En una reunión de trabajo que tuve en Guadalajara hace casi 20 años, tuvimos oradores muy especiales

En una reunión de trabajo que tuve en Guadalajara hace  casi 20 años, tuvimos oradores  muy especiales. El Cónsul norteamericano nos hizo una amplia exposición de beneficios fiscales y financiamiento hasta tasa 0 en algunos casos.

Un ingenuo jalisciense preguntó como obtener esos beneficios pues quería vender a USA, y el Cónsul le contestó que esos beneficios eran para facilitar sus ventas a industriales norteamericanos, que si el quería beneficios, que fuera con su gobierno.

Entre las exponentes  tuvimos a Beatriz Paredes y Adriana González, una brillante oradora y senadora panista, que ahora me vengo enterando que nos dejaron como Cónsul en Fresno.

Y hoy en la mañanera, nuevamente se quejaron de varios consulados que venden las citas para atender a migrantes no les resuelven sus problemas y los maltratan, con especial mención a la Cónsul en Fresno y al Cónsul en Toronto.

Muestra Cónsul en Fresno chocó y provocó daños manejando alcoholizada, llevada ante un Juez, entre otras cosas la condenó a trabajo comunitario, que según el informante ya cumplió en su totalidad. Nuestra Cónsul, haciendo trabajo comunitario por condena judicial.

Respecto al Cónsul en Toronto, mi hermano el Dr. Juvenal sufrió una caída y fractura viajando en Canadá y le urgía adelantar se regreso.. Le hablé a Chelalo Beltrán, amigo del Canciller Ebrand, suplicándole que este ordenara que el Cónsul en Toronto apoyara a mi hermano y lo único que se logró es que le mandara a un Pastor protestante. Ni siquiera una llamada.

Mi sobrina Caliope estudió un año en Francia y viajó a Madrid a visitar a su papá mi hermano Lisímaco y este se dio cuenta que el pasaporte de ella no tenía el sello de entrada a la Unión Europea que debieron haber puesto en el Charles Degaulle. Fue a nuestro consulado a pedir apoyo y la única respuesta que recibió <<la joven debe salir de España, porque va a ser deportada>>.

El PRIAN no solo socavó la fuerza moral que tenía la política exterior mexicana. Nos heredó una plantilla de diplomáticos que no promueven al país, no atienden a los viajeros mexicanos y en muchos casos son una vergüenza.

Son muchos los ejemplos que se podrían citar sobre la mentalidad cuadrada y no de servicio de muchos de los funcionarios de Relaciones Exteriores. Pero también tenemos funcionarios altamente calificados, verdaderos académicos  y promotores con un gran espíritu de servicio,  y ahí tenemos como prueba a don Víctor Barceló Rodríguez, flamante Embajador de México en Uruguay. Un tabasqueño digno de emular.

DERECHOS DE LA MUJER,

AL FIN A SALVO

Recuerdo un dramático caso de una niñas de 10 u 11 años de edad que fue brutalmente violada por un demente y resultó embarazada, y lógicamente el producto de este crimen lo más probable es que también resulte un deficiente mental, que no tiene sentido traer a este mundo.

Los fanáticos de la extrema derecha que gobernaban Baja California, impidieron el aborto y obligaron de la manera más infame a que esta menor terminara su embarazo y que en lugar de una muñeca tuviera un bebé, desgraciando su niñez y su vida.

El 15 de septiembre de 1995 se firmó el Pacto de Beijing que reconoce los derechos plenos de la mujer a decidir sobre su cuerpo,  su sexualidad, y maternidad, entre otras cosas. Los países participantes se comprometieron a tutelar estos derechos y a hacer las modificaciones necesarias en sus legislaciones para hacerlos efectivos.

Desde la gran Reforma Constitucional de 2011 todos los  tratados firmados por México están integrados al Artículo Primero que garantiza estos derechos humanos y esto está sobre cualquier legislación federal o local y es materia de amparo ante un Juzgado de Distrito.

México ha incumplido su compromiso de hacer las modificaciones necesarias en sus legislaciones, aún cuando ha sido pionera en este aspecto la Ciudad de México.

A mi juicio, no debería  existir en este país ninguna mujer encarcelada por haber abortado, si su abogado defensor hubiese interpuesto un amparo invocando  el Pacto de Beijing y el mencionado Artículo Primero,  violando esta garantía.

Por eso celebro el Acuerdo tomado por el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, declarando INCONSTITUCIONAL cualquier legislación que se oponga a estos derechos, de aplicación obligatoria a todos los jueces de la República.

Desde luego no hay que aceptar  ni menos promover el aborto, sino prevenir sus causas con la debida formación,   información y educación, pero sin criminalizar a la mujer. Nunca más una mujer en la cárcel por haber abortado.