Nuevo elemento electoral en Tabasco: El “Efecto Nostalgia Comparativa”

Nuevo elemento electoral en Tabasco: El “Efecto Nostalgia Comparativa”

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Nuevo elemento electoral en Tabasco: El “Efecto Nostalgia Comparativa”

Cuando faltan apenas unos meses para las elecciones más importantes de la historia reciente tabasqueña se presenta un nuevo elemento, que aún no ha sido definido, pero si identificado: Lo defino como “El efecto Nostalgia Comparativa”. La nostalgia nos provoca recordar eventos y hechos positivos de nuestro pasado con personas que participaron en ellos (padres, amigos, hermanos,…) pero también es el caso de nuestros gobernantes. Al estar asociados estos recuerdos con instantes felices, y después de comparar con lo que tenemos en la actualidad, si vemos un producto o un candidato que los rememora, queremos volver a vivirlos y regresar un poco a la experiencia vivida en el pasado, dejando atrás la tristeza que provoca la sensación de no poder volver a épocas anteriores. De ahí ha surgido el marketing emocional porque, para una adecuada estrategia los sentimientos importan, llegándose a convertir en uno de los factores más importantes en el proceso de la decisión del voto de los electores. A todos nos ha ocurrido alguna vez: pasamos delante de un escaparate o vitrina y vemos algún artículo que nos recuerda a nuestro pasado. Los sentimientos inevitablemente siempre están ahí y más cuando vemos un objeto que nos recuerda a alguna vivencia pasada y los comparamos con los de la actualidad, de plástico hueco y diseñados para una corta duración. En estos días se habla mucho de los efectos que según algunos analistas, interesados y militantes, aunque con alguna razón, llevarán al votante a no discriminar en la boleta y votar a determinadas siglas sin tener en cuenta que la gente, cada vez más, se fija en las personas, con nombres y apellidos, que aspiran a un determinado cargo público. Pero se les olvida que los ciudadanos, al final de un mandato, tienden a comparar la administración actual con la pasada y a calcular quien les dio mayor bienestar. Por eso si el balance para el político que sale es negativo, a través de una estrategia de marketing emocional adecuada, se puede potenciar el efecto nostalgia hasta el punto que el votante se decida por aquel político que le recuerda a los mejores momentos de su pasado de bonanza personal y de orgullo como ciudadano. Sin llegar a importar la militancia actual, porque lo que le propone es más que un proyecto, un valor añadido y sabe que lo que le transmite no se lo puede ofrecer nadie más. El efecto nostalgia, bien aprovechado, consigue incrementar la autoestima del ciudadano: el retroceso hacia recuerdos felices provoca una sensación de seguridad y le lleva a pensar que su vida tiene, al fin y al cabo, buenos y grandes momentos que pueden repetirse. Por ello, si hay un candidato/a que puede dar al elector esa sensación de seguridad y bienestar por recordar buenos momentos pasados, se incrementan las posibilidades de su preferencia, a pesar de las críticas, por más feroces que sean, como ocurre en estos momentos de pre campaña en Tabasco, en los que los improperios han pasado a ser insultos y calumnias. Esto es el “efecto nostalgia“, algo que, según un estudio de la publicación Journal of Consumer Research, nos hace más propensos a confiar cuando nos recuerdan tiempos pasados que fueron mejores que los actuales. Esta información puede resultar muy útil, ya que pueden tenerlo en cuenta para sus estrategias de marketing. Sobre todo, para ONGs u organizaciones políticas que buscan la recaudación o los votos apelando a los sentimientos de la gente.

Por Antonio López de la Iglesia