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Los deportes, las artes y la cultura tienen el poder de cambiar las percepciones y los prejuicios; inspiran, animan y fortalecen la vida de las personas. El ajedrez es un juego intelectual y cultural de los más antiguos; combina el arte, el deporte y el razonamiento científico. Cualquier persona en cualquier lugar puede jugarlo, ya que trasciende las barreras del idioma, la edad, el género, la situación física o social. Es un juego de estrategia que enfrenta 2 jugadores, cada uno con 16 piezas de valores diversos que pueden mover siguiendo reglas, sobre un tablero dividido en cuadrados blancos y negros. El objetivo final es “derrocar al rey” del oponente.
El temprano predecesor del ajedrez pudo haber sido un juego llamado Chaturanga, con origen al norte de India en el siglo IV d.C.; el nombre refiere a 4 divisiones militares: caballería, infantería, elefantes y carros de guerra. Otros creen que su origen estaría en Troya, China, Japón o Egipto, ya que en estas culturas existieron juegos similares. Para conmemorar la fundación de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) en París en 1924, la ONU proclamó el 20 de julio como el Día Mundial del Ajedrez.
Hay una leyenda del rey que quiso premiar al inventor del ajedrez con lo que pidiera. Astuto, éste le pidió 1 grano de trigo por la primera casilla del tablero, 2 por la segunda, 4 por la tercera, 8 por la cuarta; y así, sucesivamente, el doble cada vez hasta llegar al escaque 64. El rey pensó que era un regalo muy simple, pues era muy rico; hasta que hicieron los cálculos: en la casilla 64 habrían más de 9 trillones de granos, que aunado a los del resto del tablero, sumarían cerca de 18.5 trillones. Es decir, 2 elevado a la potencia 64. Sería necesario juntar las cosechas de trigo de todo el mundo durante 2 mil años. Harían falta más de 3.5 millones de barcos de 100 mil toneladas para transportarlo, y alineados, darían 17 vueltas al planeta. En este sentido, justo después de que los 2 jugadores ejecuten su primer movimiento, se abren concretamente 400 posiciones posibles en el tablero. Después del segundo turno, hay casi 200 mil movimientos posibles; al tercero, 121 millones; después de 10, habrían 165.5 cuatrillones. Así pues, el número de partidas diferentes que pueden desarrollarse en este juego, tan aparentemente simple, supera de largo un 1 seguido de 100 mil ceros; una cifra superior a todos los átomos del universo observable.
México tiene una larga y prestigiosa tradición en el deporte ciencia. Durante los años 20 y 30’s, mexicanos brillaron en torneos internacionales, como el Coronel Araiza; y Carlos Torre Repetto, quien empató con campeones mundiales como el alemán Lasker y el cubano Capablanca, y puso en jaque al campeón mundial de esa época, el ruso Alekhine; quien admirado por el talento mexicano visitó, jugó y convivió con notables campeones locales como Soto Larrea. Entre los 60’s y 80’s, Alfonso Ferriz destacó mundialmente y logró el título de Maestro FIDE; formó y favoreció a una nueva y gran generación como Guil Russek, Rafael Espinosa, Mario Campos y Kenneth Frey; quienes se convirtieron en Maestros internacionales y desafiarían a los más grandes, como el danés Larsen y el ruso Karpov. Le seguirían Marcel Sisniega, finalista en el Campeonato Mundial Juvenil; Armando Acevedo, quien puso en apuros al gran Bobby Fisher; y Jorge Aldrete, quien logró el título de Maestro internacional en los 90’s, seguido por Gilberto Hernández.
Hoy día nueva sangre nutre y revitaliza el ajedrez mexicano; con Juan Carlos González, Gran maestro que destaca en Barcelona. Y Manuel León Hoyos, que a la edad de 10 años logró el título de Maestro FIDE y pocos años después alcanzó el de Gran maestro; juega en Europa y acompaña por equipos al segundo mejor del mundo, el ucraniano Vasyl Ivanchuk. El ajedrez, como las matemáticas, elevan el pensamiento y el nivel de conciencia, generan fortaleza y capacidad intelectual para tomar decisiones, resolver problemas, aprender y dominar cualquier disciplina, oficio o profesión. (drulin@datametrika.com/Investigador Titular, UJAT/Director General, Datametrika Co.)
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