ORGULLOSAMENTE MEXICANOS

Ningún pueblo pude ser esclavizado sin la complicidad  y  el sentimiento de inferioridad de una quinta columna de genófilos, que por amar lo extranjero, llámese Estados Unidos o España,  desprecian su propia condición y sus orígenes.

Y vaya que estos personajes abundan  y los encontramos a cada momento,  al escuchar la radio, al ver la televisión, al leer la prensa, en las redes sociales,  y en los clubes, en las iglesias, en los cafés y  sobre todo en las cámaras empresariales, donde abundan los “empresarios” que solo saben trabajar pegados a la ubre del presupuesto, aún cuando también afortunadamente  abundan auténticos  emprendedores  y hombres ejemplares de  éxito.

Son amigables, nobles y empáticos a su manera. Dicen que quieren mucho a México, y por eso mismo quieren que los extranjeros nos manejen, porque ellos sin saben hacerlo y nosotros no. Son indulgentes y lo único que no pueden perdonar es el éxito, que únicamente corresponde a un  estadounidense o español, o medianamente a un egresado de Harvard o Salamanca.

El gobernante que no reúna estos requisitos, para ellos de necesidad es corrupto, inepto, carece de credibilidad, y todo lo que haga está mal y debe ser combatido. Y el odio malsano los lleva a hacer todo lo posible para que le vaya mal, mediante el pensamiento mezquino y engañoso de que si a él le va mal, a mí me irá bien, sin recapacitar en que todos somos parte de una economía y si al gobierno le va mal, a México le irá mal y a nosotros, como parte de esa  economía, también nos irá mal.

Tenemos sobrados motivos para sentirnos orgullosos de nuestro México. Somos el primer país en América y el sexto en el mundo con más sitios, Patrimonio Cultural de la Humanidad, reconocidos por la Unesco.

Hay cinco grandes sitios reconocidos como origen de la cultura humana. Mesopotamia, con los sumerios, la escritura cuneiforme y los primeros códices, Egipto que radió a Grecia y Roma, la India, China con los vestigios más antiguos y Mesoamérica, o sea, nuestro México.

Y la cultura madre de Mesoamérica, es la Olmeca, y los olmecas alcanzaron su mayor desarrollo, en La Venta Tabasco, con la primera pirámide, el primer centro ceremonial y la primera urbanización de continente. La creación del cero y la escritura. Miren pues si tenemos sobrados motivos para sentirnos orgullosos como tabasqueños y como mexicanos.

Pero agrego algo más reciente. En 1938 se nacionalizó el petróleo, y decretaron contra México un férreo bloqueo como el de Cuba. Cero información, cero refacciones y  cero compras. Las compañías petroleras crearon al PAN para combatir la expropiación y apostaron que con gasolina para dos meses pronto nos íbamos a hincar y suplicar que regresaran.

Solo pudimos vender petróleo a Italia, de los países del eje, que nos pagó con dos barcos, que abanderamos como Potrero del Llano y Faja de Oro  y que hundieron los gringos, no los alemanes a quienes estábamos surtiendo petróleo.

Pero los ingenieros mexicanos lograron producir la gasolina, crearon Pemex y fueron a crear Petrobras en Brasil y en otros países. Así de capaces y creativos son nuestros ingenieros y todos los mexicanos.

A sentirnos pues orgullosos de nuestra gente, de nuestro México. Viva México.