Paciencia mas no confianza

Paciencia mas no confianza

En un famoso estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Chicago y Francis Larson de Inglaterra, se reunió a un conjunto inversionistas con características similares y se les clasifico en dos grupos. Al primer grupo, seleccionado de manera aleatoria, se les dio información cada segundo del rendimiento de su portafolio de inversión y al segundo grupo restante se le dio información cada 4 horas. Al revisar el rendimiento final de los portafolios se descubrió que el grupo con información más frecuente tenia menor rendimiento por lo que se concluyó que estar observando la información muy en el corto plazo y probablemente recibiendo más pequeñas malas noticias causaba que las personas fueran más pesimistas con respecto a su portafolio he invirtieran menos. A este fenómeno que tiene detrás la mayor carga que le damos a las malas noticias comparado con las buenas ha sido estudiado por el anterior y muchos otros experimentos y se le nombra miopía de aversión al riesgo. 

En la actualidad los economistas y estadísticos han hecho grandes esfuerzos para compartirnos datos cada vez con más frecuencia y tanto los empresarios como los tomadores de decisiones en política pública pueden cuestionar sus decisiones y preocuparse por la falta de resultados inmediatos. 

Lo cierto es, que deberíamos de tener cuidado de caer en la trampa de los inversionistas en el experimento, que, por recibir mucha información y alguna mala noticia dentro de otra buena, tuvieron miedo a arriesgarse e invertir más, pero claro está, que mucha desatención puede magnificar un error. De ahí el título paciencia mas no confianza. 

En lo que va del actual gobierno es cierto que el Producto Interno Bruto ha tenido grandes batallas por al menos mantenerse y que para tener un mínimo crecimiento positivo o al menos no decrecer tendrá que cerrar el cuarto trimestre con un PIB anualizado de al menos 19,050 mil millones de pesos, cantidad 17,554 millones más grande que el dato para el mismo periodo del 2018. 

A pesar de esto, también es cierto que la inflación se ha mantenido en valores considerablemente bajos y las altas tasas que dejaban de hacer rentables varios proyectos ya están empezando a bajar. Por lo tanto, no hay que dejarse desanimar.

En conclusión, esta reflexión no busca justificar, pero si busca dar aliento a esos que están pesimistas por los datos hasta ahorita publicados. 

Esto es, que para aquellos empresarios que en lo que va del año no han invertido en algún proyecto por falta de liquidez, que se acuerden que las tasas ya están bajando para poder apalancar sus proyectos y a los tomadores de decisiones en política pública, que sigan tomando decisiones bien informadas y firmes para que pronto den resultados. Espero y en el futuro podamos voltear y ver este 2019 como un pequeño bache antes del repunte.