Pemex: difícil remontar las limitaciones de la epidemia y del mercado petrolero

*La recuperación del crudo frenada por factores externos *Reorganiza a su personal; extienden medidas anti COVID

EL PROYECTO de AMLO para la recuperación de Pemex no sólo es necesario y ambicioso, sino que ha enfrentado ya grandes dificultades además de las previsibles por los intereses que afecta. Contra la privatización iniciada por Carlos Salinas de Gortari y acelerada en los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, el nuevo régimen se propuso un camino totalmente opuesto: reforzar la presencia del Estado en la industria.

Más allá de las simpatías o críticas al plan lopezobradorista, la industria está enfrentando circunstancias sumamente complejas. La más reciente y prolongada es sin duda la emergencia sanitaria por la epidemia; si bien es cierto que el gobierno considera a la actividad petrolera no sólo necesaria sino prioritaria, la empresa estatal y las compañías contratadas no pueden sustraerse a las limitaciones que impone la explosiva dispersión del COVID-19.

Así, por ejemplo, el pasado fin de semana la ex paraestatal emitió un acuerdo, firmado por el director corporativo Marcos Herrerías, en el que se informa a los trabajadores que las medidas de prevención y control de riesgos en el caso del COVID-19 se extienden hasta el 31 de diciembre. Se trata de una industria que debe combatir los contagios pero al mismo tiempo seguir laborando. Ni la extracción, ni las refinerías pueden parar actividades.

El oficio de Pemex instruye para que el personal vulnerable mantenga la modalidad de trabajo a distancia o en resguardo domiciliario; la plantilla de confianza privilegiará la gestión de trabajo remoto, horarios reducidos en casos presenciales y complementar la jornada en casa. Habrá quienes, por sus actividades, su labor presencial es indispensable. También cuentan con instrucciones específicas para los trabajadores sindicalizados; una plantilla que, por cierto, ha estado sujeta a revisión.

LA SALUD Y EL MERCADO

UNA LABOR de organización muy difícil es la parte laboral, porque deberán optimizar los recursos; de una u otra manera esta situación afecta las actividades normales de una empresa que no puede parar. Los efectos en la economía del país para el caso de Pemex preocupan seriamente a las autoridades y a los empresarios.

En esta emergencia sanitaria, los servicios de salud de Pemex deben atender a una población derechohabiente de pocos más de 125 mil trabajadores en activo, según cifras de finales del año pasado; en total son 750 mil personas (incluyendo a familiares de los trabajadores y jubilados). Hasta el fin de semana habían reportado casi 16 mil personas con síntomas respiratorios, habiendo confirmado 4 mil 816 casos de COVID-19; aunque tiene un promedio de recuperación del 66%, lamentablemente han fallecido 236 trabajadores en activo, 355 jubilados, 265 familiares y 5 externos.

Estas cifras no toman en cuenta aquellos que trabajan para compañías contratadas por Pemex.  

Un reporte de El Financiero/Bloomberg, colocaba a Pemex como la empresa con mayor número de fallecidos a nivel mundial, pero al mismo tiempo anotó Amy Stillman autora de la nota: “Algunos observadores han aplaudido a Pemex por su transparencia cuando se trata de datos de COVID-19. Pemex publica diariamente el número de casos y muertes por coronavirus, mientras que compañías como las petroleras estadounidenses y europeas como Exxon Mobile y Royal Dutch Shell no lo hacen”. Difícil saber cuál es el impacto de la pandemia en otras firmas petroleras. Antes, Pemex tuvo que asumir las críticas por el trágico caso de la heparina contaminada administrada en su Hospital de Villahermosa.

Pemex enfrentó al inicio de esta administración una caída en sus volúmenes de extracción que habían pasado de 3 millones de barriles diarios en 1999 a casi la mitad al término del gobierno de Enrique Peña Nieto; en lo que va de este gobierno se registró una paulatina recuperación hasta que dos circunstancias externas frenaron esta dinámica: la emergencia sanitaria y la decisión de la OPEP de requerir a los países petroleros cuotas de reducción que en el caso de México fueron 100 mil barriles mensuales menos.

Se espera que este día Pemex informe sobre sus resultados correspondientes al segundo trimestre de 2020…en el marco de la epidemia.

AL MARGEN

COMO le comenté en una colaboración anterior, los Centros Integradores (de Desarrollo) son la columna vertebral de la estrategia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para impulsar sus programas sociales y la organización “desde abajo”. La secretaria del Bienestar, María Luisa Albores, dijo en Tabasco que en 13 mil 500 CIDs en los 32 estados de la República se establecerán programas alimentación y de atención primaria a la salud. Para lograr sus propósitos tienen que crearse comités de salud, de agua y de alimentación.

Le decía que una meta ambiciosa es abrir sucursales del Banco del Bienestar en cada uno de estos CIDs. Y aunque aún no está en el programa oficial, le podría adelantar que la estructura con la que está trabajando el programa “Sembrando Vida” será el motor de la nueva organización…porque el proyecto de AMLO va contra el tiempo y debe tener el mayor avance en el primer semestre de 2021. Así que aprovechará lo ya iniciado.

CONOCÍ a Néstor Andrade Medina por intermedio de Rogelio Urrusti. Fue en una exposición conjunta en el Hotel Viva. Gran artista plástico veracruzano, promotor de las artes y personaje animoso y amistoso, Néstor se convirtió en otra víctima del COVID-19. Fundador de la Casa de Artes Múcara, formaba parte ya del paisaje cultural de Veracruz. Mis más sinceras condolencias para familiares y amigos. (vmsamano@hotmail.com)