Pesimismo crítico

Los delitos imputados a Lozoya tocan el más alto nivel de las decisiones del sexenio pasado

Poco a poco se dibuja lo que podría ser una batida histórica contra la corrupción, un efectivo antes y después en la materia.

Anticipan esa posibilidad la captura en España del ex director de Pemex, Emilio Lozoya, así como las declaraciones del fiscal Gertz Manero y de la secretaria de la Función Pública, Irma Sandoval.

Los delitos imputados a Lozoya tocan el más alto nivel de las decisiones del sexenio pasado, es decir, decisiones que tomó el ex presidente Peña Nieto.

Gertz considera lo de Lozoya como un “asunto vinculado a una forma de abusar del poder y de los bienes de la nación. Esto se tiene que entender como parte de un todo”.

Gertz ve en el caso no un delito individual sino el eslabón de un sistema de corrupción al más alto nivel.

La secretaria Sandoval, por su parte, en su informe anual, ha hecho una cuenta de desvíos del sexenio pasado por más de 382 mil millones de pesos.

Apenas queda institución sana en ese informe. Hay desvíos en Pemex, Issste, Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, Educación, Policía Federal, IMSS, Agricultura, SCT, Banobras, Aeropuertos y Servicios Auxiliares . . .

El que está acusado y detenido en España es Lozoya pero, como se ve, la cuenta de investigaciones pendientes es enorme y el concepto de Gertz sobre el carácter estructural de la corrupción las vincula.

 El abogado de Lozoya ha dicho que su defendido no se mandaba solo, sugiriendo que obedecía órdenes del único que podía dárselas, el presidente de la República.

Es lo mismo que está sugiriendo el fiscal Gertz: Lozoya es el síntoma de una estructura corrupta en cuya cúspide no podía estar sino el Presidente.

No sé si extiendo de más estos hechos y estos dichos hasta la posibilidad de la batida histórica que sugiero: un castigo judicial no solo para funcionarios aislados, como hasta hoy, sino para una red de corrupción instalada en los altos niveles del gobierno federal, que no puede no incluir al ex presidente.

Eso sí sería un antes y un después en la historia del castigo a la corrupción mexicana.

 A ver si esta sí.