Petróleo y desarrollo social, el desafío de AMLO

Petróleo y desarrollo social, el desafío de AMLO

El petróleo será un motor determinante para la economía. Lo será para el país pero con más razón para el sur-sureste; de igual manera, como lo señaló esta semana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, la industria de los hidrocarburos será un imán para la inversión extranjera tan necesaria como complemento de la actividad pública.

El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la firma del Pacto Oaxaca, precisamente en esa ciudad, para el desarrollo del Sur-Sureste. Ahí se establecen las bases para un proyecto que busca distribuir la riqueza entre las zonas más golpeadas por el atraso, la sobreexplotación y la crisis económica.

Es muy conocido que muchas de las ganancias por la extracción petrolera financiaron el derroche y, en el mejor de los casos, se destinaban a otros estados de la república. Muy poco se quedaba en la zona sureste.

               

Durante muchos años, la equivocada y egoísta estrategia de despojar al sur de sus activos económicos, impactó en una mayor pobreza, desde la alteración de los ciclos de siembra, cambio en los patrones culturales, marginación, hasta sobreexplotación de recursos y contaminación de complejos vasos lagunares en Tabasco, Veracruz y Campeche.

En 2014 con el desajuste de los precios del petróleo, el cambio de estrategia, y los recortes presupuestales,  se hizo patente una crisis que llevó a la casi quiebra de la empresa petrolera.

Con una probada riqueza ambiental y cultural, los estados del sur de México, miraron hacia dentro, hacia sus propias estructuras económicas y sociales para replantearse maneras de sobrevivir, en medio de la crisis económica que trajo consigo la industria de los hidrocarburos. Decidieron mirar hacia la cultura, el turismo, y la reorganización social.

Que el presidente  Andrés Manuel López Obrador ponga orden en este caos a partir de la propuesta conocida como Corredor Interoceánico que le fue presentado por gobernadores, empresarios e inversionistas en Oaxaca, hace posible lo que quizá no se habían replanteado en el pasado: la urgente inserción de la organización social para trabajar juntos en el desarrollo económico de la región.

Eso implica un nivel de conciencia que es necesario llevar a cabo en todo el país. Al subrayar que “crecimiento con bienestar, progreso sin justicia es retroceso”, el Presidente de México mira hacia lo esencial: las comunidades y su capacidad para hacer frente a los problemas de manera organizada y ponderando siempre su escala de valores.

Su confianza en la reactivación petrolera, con el trabajo en 22 campos para incrementar la extracción, y frenar la caída de la producción de hidrocarburos, se refleja en el movimiento económico que regresa poco a poco a Villahermosa y Paraíso,  al sur de Veracruz, y Campeche. Y que se irá extendiendo a toda la región.

La administración de una empresa como Pemex que busca establecerse de nuevo como la herramienta clave en el desarrollo del país, pone un antes y un después de la activad extractiva, con más sentido social, enfocada hacia donde deben ir los recursos: al impulso de los sectores más golpeados económicamente, inversiones en educación a conciencia para el desarrollo de un conocimiento que permita a largo plazo lograr el sueño de Lázaro Cárdenas: crear nuestra propia tecnología, cuadros profesionales que sirvan a la nación.

El presidente López Obrador suscribió un compromiso que no sólo le compromete a él; sabe que hay actores sociales, empresarios, comunidades, gobernantes, jóvenes, campesinos, líderes, y  migrantes, que también están en la obligación de responder por el Pacto de Oaxaca. Nos involucra a todos, no sólo a quienes vivimos en el sur del país. Al final de cuentas, es en el sur donde la mirada del futuro se extiende: ahí están las opciones de desarrollo económico y de recursos naturales.

PRIMERA PARADA

El gobernador Adán Augusto López descartó que en la llamada “Estafa Maestra'' haya persecución política. Se trata –dijo- de combatir la corrupción a fondo y con la ley en la mano. Tal como se combate la extorsión y el chantaje de quienes tenían bloqueados los accesos a Pemex.