Poder Político
Humillante realidad
Nada hay más frustrante que en México la clase cogobernante y la ciudadanía en no sean capaces de conciliar en temas de la vida pública que todos deben importar en la pluralidad del colectivo social, una situación recurrente que no se ha dado la oportunidad de trascender hacia un desarrollo sostenido desde que este país se erigió como una nación independiente desde el 4 de octubre de 1824.
Los tiempos, las circunstancia y también las coyunturas vertebralmente son los mismos de los intereses encontrados a 200 años de que este país emergiera sobre el andamiaje de la independencia gestada en el amanecer del 16 de septiembre de 1810, prolongada hasta el 28 de septiembre de 1821; el principal de los diversos puntos de inflexión que rompió el sometimiento al autoritario virreinato para optar por un principado hasta encausar el propósito hacia auténtica soberanía.
La incapacidad en el discurrir del tiempo trajo consigo hirientes acontecimientos replicados unos tras otros en la puja por pretender ser el más fuerte entre las jerarquías reflejados en los regímenes de cogobierno.
En el análisis de lo geopolítico el territorio mexicano, así como anexó a Chiapas igual perdió de inicio Texas y luego más de la mitad de su geografía a manos de los Estados Unidos de América. Todo por el centralismo teniendo como villano principal Antonio López de Santa Anna, en su egocentrismo por asumirse como soberano, mientras que en el olvido quedó todo aquello que alguna vez fue suyo, y pudo ser más.
Por supuesto que hay documentos oficiales que datan de la década de los años 1840 cuando no sólo Yucatán sino además Tabasco se declararon independientes en 2 ocasiones, motivado por el desdén del gobierno de entonces por no atender a las reiteradas demandas de auxilio ante el acecho invasor. En esta deserción tuvo que ver la injerencia de Texas, aunque con posterioridad se reinsertaron ambas entidades precursoras en la configuración del país.
En la contemporaneidad de las décadas recientes nada distinto se tiene ante una inadmisible situación en el contexto de un México que forma parte de la globalización y la modernidad, en el estilo de vida tecnológico vinculado a la era digital. Son marcados los rezagos en los niveles socioeconómicos entre los cuales la pobreza crece cada vez más, arrastrando al núcleo de la clase media.
Cala todavía más la pobreza del intelecto entre una sociedad de 124 millones 014 mil 024 personas residentes, según el Censo de Población y Vivienda a marzo de 2020, que mide la calidad de vida; un documento el cual debería ser la base para diseñar e implementar las pertinentes políticas públicas estructurales para enraizar un verdadero desarrollo con justicia social.
Sin embargo, puede más la coyuntura que hecha abajo los proyectos heredados para priorizar los suyos, como si cada que hay un cambio de estafeta gobernante y/o de régimen se creara un nuevo país y una nueva sociedad. Nada más más caricaturesco entre quienes se asumen como parte de la clase política cogobernante, sin acreditarlo con una función pública consecuente con la bandera de vocación social, resultado falsa.
No se trata de derruir unas instituciones y crear nuevas cuando lo sustantivo debe tener todo el sentido de argumentación en el fondo de las formas. Muchos han sido los intentos por definir un plan de gran visión sin trascender, ahogados justo en las coyunturas.
El más reciente asemejado es el del auto denominado régimen de la Cuarta Transformación, también con sus naturales claros claroscuros.
El país en su geografía será el mismo, por tanto, para que haya una sociedad próspera se requiere de obras multianuales con continuidad, con la natural actualización entre la lógica de las políticas públicas estructurales.
Bitácora
Un ejemplo claro de robustecimiento, no de destrucción, deben ser los organismos como contrapesos democráticos en la gobernanza mexicana; entre estos el Instituto Nacional Electoral nacido de la Reforma Política del 10 de febrero de 2014, del que Lorenzo Córdova Vianello cesa en su función de 9 años en la presidencia, este 3 de abril. Un organismo que desde la Reforma de 1977 se ha consolidado en su proceso de lo perfectible.
