Poder Político
19/05/2025
Derechos y obligaciones
Si bien las 40 horas de trabajo equiparables a la europea semana inglesa se ha tenido aquí también, esta prerrogativa en suelo mexicano con empresas nacionales y transnacionales, incorporarla al artículo 113 constitucional pasa por el binomio de productividad y calidad durante el horario laboral, que en el caso mexicano encara la adversa cultura arraigada de la mediocridad, la ley del menor esfuerzo. Comprometer al empleado debe pasar por una rentabilidad alta, además de sostenida; para que el empleador logre el objetivo de obtener ganancias compartidas, la ecuación de ganar-ganar.
En lo absoluto, favorece a la economía macro y micro la propuesta de un horario laboral estandarizado de aplicación igual en la administración pública gubernamental, caso las empresas del sector energético; aunque se debe considerar que este esquema no aplica en ámbitos muy específicos como los centros hospitalarios, un ecosistema que demanda disponibilidad en el encuadre de que todos los días y todas las horas son hábiles; una emergencia médica será siempre una constante, sin el impedimento de tener dos días de descanso.
Los fenómenos naturales como los devastadores sismos de 1985 y 2017 en Ciudad de México representan el ejemplo del rol delicado que les involucra al sector de la salud como a los medios de comunicación, sólo por mencionar un ejemplo a los que debe considerarse esquemas propios.
La legislación por supuesto que es viable, aunque en la paradoja el diputado federal Pedro Haces, también líder sindical, en reiteradas ocasiones se ha opuesto, sumado a su insensatez convenenciera de pretender legalizar que a los trabajadores se les dedujera hasta el 40 por ciento de sus percepciones en los casos de deudas con sus empleadores. El expresidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo advirtieron con un inminente veto, razón que le hizo recular.
Haces como los demás líderes sindicales reconocidos ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social representan a una élite de mafias que sólo se ocupan por sus facciosos intereses, no así de sus agremiados a quienes con rigurosa puntualidad se le deducen las cuotas de cada mes. Un linaje de caciques entronizados como los Napoleón Gómez Sada, Napoleón Gómez Urrutia y Napoleón Gómez Casso, que ya suman tres generaciones de una sola familia con el usufructo de las cuotas aportadas por los agremiados mineros y metalúrgicos sin tener los beneficios de justicia laboral.
La sustancia activa de las 40 horas de trabajo de aplicación general para la iniciativa privada y la burocracia gubernamental debe acompañarse porque se eleve la calidad consecuente con la productividad, con el beneficio de todos los jugadores involucrados, empleados y empleador. A mayor productividad mayor será la rentabilidad para todos.
Si algo caracteriza a México precisamente es el nivel de preparación, aptitudes y actitudes, que les hacen ser codiciados por empresas extranjeras, y mucho de este talento opta por migrar ante el horizonte de oportunidades; perfiles que le restan este lado, mientras tanto otros se ahogan en el fango de la mediocridad porque mucho de esta vergonzosa realidad pasa por los líderes sindicales y sus camarillas.
Independiente de la coyuntura, habría que poner en el análisis sobre el gran aporte que los connacionales y su descendencia de 40 millones con estatus legal en los Estados Unidos de América, incluso los ilegales que sostienen las actividades agropecuarias.
Ana María Salazar destacó como Subsecretaria Adjunta de Defensa para Política y Apoyo Antidrogas del Departamento de Defensa de los Estados Unidos durante el período presidencial de Bill Clinton; Rosario Marín fue Secretaria del Tesoro durante la gestión de George W. Bush; José Antonio Meade Kuribreña funge en la actualidad como Consejero no ejecutivo independiente del Grupo Financiero HSBC, residente en Reino Unido; entre otros notables que escalan a cargos de poder incluso global. Aunque los personajes en mención sobresalen porque luego o antes ocuparon una posición de gobierno mexicano.
México es un semillero de destacadas personalidades que migraron al no tener oportunidades, como Mario Molina, Premio Nóbel de Química en 1995, por su descubrimiento del agujero de ozono; la voz que generó conciencia sobre los efectos de los clorofluorocarbonos (CFC) a la capa de ozono, que es la principal defensa que tenemos ante los rayos ultravioleta B, dañinos para la vida en el planeta. Dicho sea de paso, recobró su nacionalidad mexicana de inmediato una vez que hubo este derecho doble, a la que había renunciado por la del vecino país norteamericano.
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