Poder… un tóxico muy dañino

El poder no sólo afecta al que lo posee, permea hasta las familias y alcanza a sus adversarios

Que tan dañino puede ser el poder, que no sólo afecta al que lo posee, permea hasta las familias y alcanza a sus adversarios. Así de destructivo es este tóxico.

Según David Owen y Jonathan Davidson, este último de la Universidad de Duke, quienes lo padecen son mandatarios de los países de mayor poder en el mundo, de acuerdo a sus estudios. Mal que lo bautizaron como “El Síndrome de Hubris”.

En uno de sus comentarios de esta semana, Raymundo Riva Palacio, en su columna “Estrictamente Personal”, señala que en su conferencia magistral, Owen citó a Bertrand Russell, quien en su Historia de la Filosofía Occidental, publicada en 1961, escribió: “El concepto de ´verdad`, como algo dependiente de los hechos en gran medida fuera del control humano, ha sido una de las formas en que la filosofía ha inculcado hasta ahora el elemento necesario de humildad.

Cuando se elimina este control sobre el orgullo, se da un paso más en el camino hacia un cierto tipo de locura: la intoxicación del poder”.

Lo anterior lo fundamenta escribiendo un párrafo antes, “pero a diferencia de los 100 dirigentes que analizaron Owen y Davidson, los contrapesos de López Obrador son inexistentes.

Tiene bajo su control a la Cámara de Diputados, el Senado y la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia. La oposición está borrada y cuando se mueven, aparece una filtración en la prensa sobre presuntos actos de corrupción. Los empresarios no se pelean con él, ante la sombra amenazante del SAT y la Unidad de Inteligencia Financiera.

En este argumento no es la verdad absoluta de AMLO lo que se cuestiona, en todo caso es el poderío que ejerce y que no se lo da él, también se cuestiona al pueblo, puesto que éste es el que decidió en las urnas darle la fuerza que ejerce como Presiente.

Como le llamarían al carácter mostrado por AMLO durante las “Derrotas” fraudulentas, antes de que el pueblo decidiera otorgarles las cámaras y la presidencia de México, ¿No es humildad… es locura? 

Lenin, en su obra Materialismo y Empiriocriticismo, dio una definición dialéctica de la verdad absoluta: “Por su naturaleza, el pensamiento humano es capaz de darnos, y nos da en efecto, la verdad absoluta, la cual está integrada por una suma de verdades relativas”.

“El materialismo dialéctico, al afirmar el carácter relativo de la verdad de nuestro conocimiento, considera al mismo tiempo, que cada verdad relativa marca un peldaño en la posesión de la verdad absoluta”.

“Cada fase del conocimiento está limitado por el nivel de la ciencia y por las condiciones históricas de la vida de la sociedad, que hacen inevitablemente que nuestros conocimientos sobre la Naturaleza sean relativos, incompletos. Pero las verdades descubiertas por nuestro conocimiento, siendo relativas, contienen al mismo tiempo parte de una verdad absoluta, puesto que reflejan de manera correcta, aunque incompleta, el mundo objetivo exterior. Por eso, el conocimiento logrado mediante las verdades incompletas y relativas, nos acercan, en el desarrollo progresivo del conocimiento humano”. (Diccionario filosófico marxista).

La verdad de AMLO en el ejercicio del poder puede ser relativa, como relativo es el argumento del comentario que raya en la toxicidad del poder.