PRENSA Y PODER

Pero en ese camino no vislumbró que la relación prensa y poder

El tema “Loret” cumplió ya 15 días en debate nacional y dos en discusión internacional con la recomendación del “Washington Post” al presidente Joe Biden para pronunciarse sobre las acciones tomadas por el Presidente Andrés Manuel López Obrador -contra el comunicador-, después de la información relacionada con su hijo José Ramón, amén del asesinato de periodistas en los umbrales de este 2022.

Durante la elección de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo como parte de su estrategia de gobierno el “liberar” a la Prensa del control del poder público, marcando distancia de por medio.

Pero en ese camino no vislumbró que la relación prensa y poder, tendría como punto clave el conflicto personal que hoy enfrenta contra el comunicador.

Quizás sea el tema que mayor tiempo y preocupación ha generado desde la llegada de la 4T a palacio nacional. Sin embargo, no es para sorprenderse, si consideramos que en un país polarizado –entre conservadores y liberales-, es en la segunda mitad de gobierno cuando aparecen las estrategias tanto del poder político, como de la oposición, para encaminar la ruta de la sucesión presidencial.

El valor adicional a este proceso lo representa en esta discusión el papel que jugarán los medios de comunicación.

Para nadie es desconocido que es hasta 2018, cuando el poder de las redes sociales provocó un desfase en la credibilidad informativa del “periodismo clásico”.

 “Las benditas redes sociales” colocaron en crisis a los medios masivos de comunicación, sin embargo, tal como pronosticaron en el ámbito internacional, es a partir de estos dos últimos años cuando el verdadero periodismo está tendiendo a “estabilizarse”, reclamando el espacio que ocupó como líder de opinión.

Más allá pues del efecto “Loret”, debe reconocerse que el periodismo de investigación y el periodismo de opinión lograron adaptarse a la modernización tecnológica acortando con ello el desencuentro con la sociedad en materia de credibilidad.

Tan así, que los medios que no le han apostado a ello, han desaparecido en los últimos 10 años. Es común pues, que ante difusiones extraordinarias aparecidas en redes sociales, el filtro natural para darlo como real son los medios “tradicionales” de información o la consulta inmediata por parte de ciudadanos a periodistas o profesionales de la comunicación, para conocer su veracidad.

Esto es pues, lo que hay que destacar en este desencuentro presidencial.

En este 2024, el rol de los medios y los periodistas tendrá como compromiso ser factor clave y fundamental de la vida en democracia en México.

El reto para el poder es adecuar el debate tolerante en la agenda nacional; brindar garantías para el ejercicio del periodismo independiente y dejar que la sociedad haga el balance de la información que desea consumir.

El reto para los periodistas será retomar como propio el interés de la gente y la preocupación de la sociedad en el diseño y construcción de este nuevo modelo político democrático.

Por lo demás, Loret seguirá en lo suyo y el Presidente también.

KYBALIÓN.- No es fácil construir una prensa democrática, plural y creíble. Como no es fácil sostenerla en el gusto de la sociedad y adaptarla a los cambios que marcó la tecnología. Eso y más ha distinguido al diario Presente en los 63 años  de informar a una sociedad cambiante y exigente como la tabasqueña.

No se entendería ni la evolución del periodismo, ni la de nuestra sociedad, sin el referente que ha marcado Presente en sus páginas a lo largo de estos años.

Enhorabuena para el equipazo, que vengan otros 63.