PRI, PRD; MORENA: Al borde del abismo sin creer en los precipicios

PRI, PRD; MORENA: Al borde del abismo sin creer en los precipicios

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PRI, PRD; MORENA: Al borde del abismo sin creer en los precipicios

La mejor manera de resolver un problema es evitar que surja, pero ahora no lo tenemos fácil. Los recortes han llegado para quedarse y habrá que adaptarse a ellos porque gane uno o el otro o el de más allá las elecciones, la realidad acabará por imponerse a las promesas vacuas de paraísos que no existen. Quiero con esto decir que lo que nos proponen tanto el PRI, como el PRD como MORENA tendrá que ajustarse a la economía que tenemos con lo que lo púnico que pueden cambiar son las formas, pero el fondo, que no hay dinero y que la economía es un desastre, seguirá exactamente igual. Si no buscamos nuestro refugio estamos perdidos, porque lo demás se parece mucho a la jungla. Vivir consiste muchas veces en defenderse, sin atacar a nadie, pero no nos fiamos ni de nosotros porque nos conocemos demasiado. En estas circunstancias habría que intentar salvarse de los malos ratos tontos, ya que de los inteligentes no hay nadie que se libre. ¿Por qué llevarnos los disgustos largamente anunciados? Siempre acaban por llegar y los que esperan no debieran desesperarse porque el tiempo tiene mucha vida por delante. Siempre nos disgustamos con los contemporáneos, que han tenido la ocurrencia de vivir al mismo desacordado tiempo histórico que nosotros. México y Tabasco son una forma de vivir la vida. Que Dios, o los volubles dioses, nos conserven la fe, porque hemos perdido la esperanza y de la caridad hemos andado bastante mal siempre. Refugiarse en la frivolidad no deja de ser una forma de guarecerse. Se está mejor a la temperie que al aire libre, sobre todo cuando soplan malos vientos económicos. A estas alturas de mi vida, propicias al vértigo, a las personas que más admiro son a las que, a pesar de estar al borde del abismo, no creen en los precipicios. A mí me quedan tres telediarios, que dicen los ocurrentes, pero lo peor es que digan siempre lo mismo. En el desigual reparto de los dones, suponiendo que me haya alcanzado alguno, más o menos moderadamente, estoy muy mal de voluntad, muy regular de inteligencia y magnífico de memoria. Me acuerdo de todo como si fuera ayer, porque la verdad es que todo es ayer porque el tiempo quizá sea plano. Soy un fue, un seré y un es cansado, que dijo Quevedo, que probablemente era un extraterrestre.

Por Antonio López de la Iglesia