PRI: Todavía hay gente que cree que el futuro es mejorable

Lo que parecía un camino al desastre cantado del PRI en las elecciones del 2018 parece que se está componiendo. La mal llamada “Clase Política Prista tabasqueña” ha restablecido sus relaciones diplomáticas, que estaban hechas añicos después de no mirarse a la cara en años. Todo sucedió con ssu presidente nacional y en la sede del CEN con Ochoa Reza como oficiante de este milagro. Ese largo lagarto tricolor con ojos de piedra y agua, que dijo uno de sus poetas, cuando después de perder la gubernatura y cientos de cargos públicos y empleos de cuota partidista, casi todos sus habitantes soñaban con saltar las murallas de guano, atropellados por el hambre y por el fanatismo, y la compartieron en muy desigual proporción los verdes y ahora MORENA. Como hay que encontrar siempre algo bueno en lo malo para el PRI fue estupendo que se fueran los que solo buscaban un hueso porque los que han quedado son militantes de conciencia y están dispuestos a recorrer la travesía del desierto que están haciendo y que, si sigue así la cosa, está por terminar. La otra buena noticia es que el sólido político Humberto Mayans ha sido encargado por el presidente del CEN para que elabore la hoja de ruta crítica de aquí a las elecciones para que su partido recupere el protagonismo que merece. Nadie mejor que Mayans para esta tarea que requerirá de mucha mano izquierda, sensibilidad y firmeza. La convalecencia será larga, pero lo más necesario para que vuelen las cometas sigue siendo el aire y algo ha cambiado en la atmósfera política a ciertas alturas priistas. Por fortuna, todavía hay gente que cree que el futuro es mejorable a condición de rescatarlo de las rodillas de los dioses, donde suele descansar, y enseñarle a caminar llevándole de la mano, para que no tropiece con MORENA, cuyo líder es el único que sabe lo que quiere. Todo está en manos de la generación que viene porque ya ha venido. La anterior percibe que le huele el culo a pólvora, pero ese efluvio también es sospechoso. A los que somos sinceramente mayores nos han engañado tantas veces que confundimos la verdad y nos refugiamos en la duda, que es la antesala, pero está llena y no hay dónde sentarse. ¿A quién votan las personas decentes? Hay muchas, contando a los resignados y a los escépticos de nacimiento, y las elecciones generales están tan cerca como parecen.