Puntos suspensivos

Patrimonio cultural sufre vandalismo; no hay castigo

Para saber quiénes somos debemos primero conocer nuestra historia. Entender la relación con nuestros legados ancestrales.

En 1951 el poeta tabasqueño, Carlos Pellicer Cámara, ideó un proyecto magno: rescatar monumentos y esculturas de piedra, descubiertos en 1915 en el municipio de Huimanguillo; en total fueron 33, las cuales se llevaron de manera paulatina al Parque Museo La Venta, fundado en 1958.

Entre ellas destacan: La Cabeza de Jaguar, El Mono Mirando al Cielo, El Jaguar Humanizado, El Gran Altar, el Mosaico de Jaguar, El Rey, La Cabeza Colosal, El Altar con Ofrenda, La Abuela, La Cabeza de Viejo y el Altar del Sacrificio Infantil.

Estos monumentos son considerados patrimonio cultural, por lo tanto existe una responsabilidad de cuidarlos, restaurarlos y conservarlos.

A pesar de que existe en el país una Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos, la cual cita en su artículo 1 que se impide el saqueo arqueológico y se invita a preservar el patrimonio cultural, en diversas ocasiones algunas personas han incurrido en violar y violentar dicha Ley.

Desde la Cámara de Diputados en el 2013 se aprobó incrementar sanciones económicas por casi 200,000 pesos y hasta 12 años de prisión, a quienes atenten contra obras consideradas monumentos artísticos.

Además, a quien dañe, altere o destruya un monumento arqueológico se le impondrá pena carcelaria de 5 a 12 años, multa de 1,000 a 3,000 días de salario mínimo, y el cargo del costo de la reparación del daño causado.

En Tabasco, se tienen considerados dos casos graves. El primero ocurrió en el año 2009, cuando un grupo que pertenecía a una secta llamada “Nueva generación”, dañó 23 piezas dentro del Parque Museo La Venta.

Estas personas aprovecharon la falta de vigilancia dentro del recinto y rociaron las esculturas con más de tres mil años de antigüedad con una substancia hecha a base de aceite y sales.

De acuerdo a un primer levantamiento por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, las 23 piezas de la cultura Olmeca, entre cabezas colosales, altares y estelas,  fueron rociadas de forma vertical y posteriormente de forma horizontal con una mezcla hecha, según los análisis químicos, con aceite vegetal, sal y jugo de uva.

De acuerdo a los especialistas el daño causado ascendió a poco más de 300 mil pesos, y se necesitó más de cuatro meses para limpiarlas.

Se supo que los acusados fueron detenidos y puestos a disposición de las autoridades (PGR), sin embargo, al final no se les fincó responsabilidades judiciales, a pesar de todas las pruebas en contra.

Hace unos días ocurrió un segundo atentado, ahora fueron dos turistas de origen indonesio quienes mancharon 14 piezas arqueológicas, y a pesar de que se les acusó, al final quedaron en libertad, ya que no se demostró la flagrancia.

De nuevo las autoridades federales fallaron en contra de quienes atentaron contra el patrimonio cultural. ¿De qué sirve entonces una ley? ¿Se quedan entonces estas acciones vandálicas como una burla?

PARÉNTESIS

El DELEGADO de Morena en Tabasco con funciones de dirigente, César Burelo, recordó lo que López Obrador les dijo en una ocasión a los alcaldes entrantes de Morena: tienen que entrarle a la austeridad, por los tanto deben hacer uso de los recursos de manera ordenada. También dijo AMLO, y lo deben anotar los nuevos ediles: nada de marearse por subir en un ladrillo, tienen que ser humildes y accesibles.