PUNTOS SUSPENSIVOS

Nomofobia, ¿qué tanto miedo sentimos sin el celular?

Hace unos días escuché el término nomofobia. De inmediato busqué su significado y me llevó al “miedo a estar sin el celular, a no estar conectado, a salir sin él”.

Con una explicación más a detalle, de ese temor viene la ansiedad y la angustia de quedarse –según- “desinformados”.

Incluso se ha llegado a plantear como una enfermedad de este siglo, que cambia la forma de vida.

La adicción al celular va aumentando su dosis, de ahí que las empresas muestren nuevos modelos y mejores tecnologías, desde mejores fotografías, radiocomunicación, y redes virtuales.

Es lamentable ver a una familia en pleno café, y todos mantenerse en silencio, con la mirada fija al móvil, moviendo los dedos, y en ocasiones sonreír o enojarse. La comunicación humana en ese momento quedó perdida.

Al ir avanzando la nomofobia en el adolescente, éste empieza a carecer de autoestima, y su único amigo, por así decretarlo, es el teléfono celular.

Se dice que estamos viviendo y dependiendo de una pantalla de cristal. Expertos han determinado que en promedio una persona ve su celular unas 150 veces al día (suena exagerado pero esta cifra representa unas 10 veces por hora), algunas muchas más.

¿Qué tanto hemos transformado nuestros hábitos por el uso del celular? ¿Se ha convertido en una extensión de nosotros?

México es uno de los países con mayores problemas en el uso de dispositivos móviles en los salones de clase, un estudio de Forbes indica que el crecimiento anual de uso de celulares es por encima de 40% anual, con 40 millones de teléfonos utilizados por jóvenes entre 15 y 29 años.

Científicamente se sabe que un dispositivo provoca cortisol, lo que suele asociarse con situaciones de estrés o de amenaza porque se activa en esos momentos, junto con la adrenalina.

Cada vez es más difícil para los padres poner límites, y es en todos los sentidos. Imagine el no poder controlar a un niño de escasos cinco años quien juega casi todo el día con un celular. El problema más grave se da en la adolescencia, donde la dependencia aumenta y la nomofobia queda casi tatuada a la persona.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señaló que la nomofobia es considerada como un trastorno siquiátrico, y puede generar desde malestares en articulaciones, ojos, huesos y oídos hasta insomnio, depresión y ansiedad. Esto sin considerar el bajo rendimiento escolar que le provoca a un estudiante y la poca productividad laboral de un empleado.

Otros expertos declararon que alejarse del celular puede ayudar a vivir más. Algunas recomendaciones que dan es comenzar con apagar todas las notificaciones excepto aquellas que realmente quieres recibir.

Identificar qué aplicación causa más estrés. Cuál se revisa con más ansiedad y borrarlas durante algunos días.

Lo importante es dejar poco a poco la dependencia del celular. Difícil, pero no imposible.

PARÉNTESIS

Un nuevo rostro se observa en la periferia del mercado Pino Suárez. Los ambulantes tomaron la decisión en una mesa de diálogo de cambiarse a la colonia Casa Blanca. Ahora sí, a empezar las obras. (kundera_w@hotmail.com)