Puritan@s de ayer y hoy

Puritan@s de ayer y hoy

Me pregunta un lector qué pienso de que anden los jugadores de la selección en fiestas con supuestas escorts, dando de qué hablar por las malas razones y difundiendo el mal ejemplo.

Mi respuesta es que quien difunde el mal ejemplo es la prensa que mete las narices en los calzoncillos de los jugadores. Y que soy partidario de toda relación sexual consentida entre adultos.

Hace siete años en una gira de la selección por América del Sur hubo un escándalo parecido y escribí una consideración más larga y puntual al respecto.

La cito para no repetirme:

“No comparto el escándalo moral porque los jugadores de la Selección Mexicana invitaron a unas damas a sus cuartos de hotel en Quito.

“Infringieron el reglamento de las concentraciones pero no faltaron al propósito mayor de ellas, que es jugar bien y ganar.

“Los seleccionados se levantaron al día siguiente, al parecer muy mejorados deportivamente por sus excesos, pues por la noche ganaron a Ecuador 1-0.

“Recuerdo a este propósito la revelación de Joe Namath, legendario quarterback de los Jets de Nueva York, en el sentido de que había pasado la noche anterior al Super Bowl en compañía de dos mujeres. ‘Me relajaron’, dijo, creo que a la revista Playboy, y en la tarde jugó el partido de su vida.

“Todo el que anda en el medio del futbol sabe que lo de Quito se trata de una infracción de rutina que se castiga rutinariamente.

“Se desató luego la moralina de baja denominación según la cual los seleccionados están obligados a dar el ejemplo, a portar con dignidad la camiseta de México, inspirar a la niñez y a la juventud, etcétera.

“¿Qué es lo que quieren decir con esto? ¿Que los seleccionados no deben coger o que deben hacerlo sin que nadie se dé cuenta?

“El que esté libre de mujeres durante las giras futbolísticas, que tire la primera piedra. Medios y directivos incluidos.

“Acaso contra los más altos intereses educativos de la juventud mexicana, aunque acaso en mejor servicio de ellos, yo voto porque los jugadores follen, templen o cojan cuanto quieran, y sean felices y jueguen bien y triunfen en la cancha y en la cama”. (MILENIO, 30 de junio, 2011).