¿Qué pasa con Morena?

Después de un triunfo electoral histórico, el partido que formó y fundó el presidente Andrés Manuel López Obrador

Después de un triunfo electoral histórico, el partido que formó y fundó el presidente Andrés Manuel López Obrador, en lugar de acompañarlo política e ideológicamente, se extravió en una maraña de intereses de grupo que no ha permitido llevar a cabo la elección de sus dirigentes nacionales, mucho menos para emprender las tareas esenciales de un nuevo partido en el poder obligado a dar resultados en un proceso de profundas transformaciones.

Entrampado en sus propias redes, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), ha intervenido desde que la presidente en funciones, Yeidckol Polevnsky, hizo todo lo posible por evitar la elección de una nueva dirigencia. Aun así, el VI Congreso Nacional Extraordinario de Morena (26/01/20) elige a Alfonso Ramírez Cuéllar como presidente interino por un periodo de entre tres y cuatro meses, para convocar a dicha elección. Pero también hizo como que la virgen le hablaba, pretextando el asunto de la pandemia, para evitar la elección.

Así las cosas, el pasado 20 de agosto el TEPJF ordenó al INE que la realice a través de una encuesta abierta a militantes y simpatizantes, en una resolución inapelable, aunque muy controvertida legalmente.

Desde la primera llamada de atención del TEPJF, el propio presidente les advirtió el 28 de agosto de 2019: “Yo, si el partido que ayudé a fundar, Morena, se echara a perder, no solo renunciaría, sino me gustaría que le cambiaran el nombre”, para que la 4T no se vea manchada por esta situación.

Y es que las elecciones de 2021, además de la renovación de los 500 diputados federales, estarán en juego 15 gubernaturas y los congresos locales y las presidencias municipales de 30 entidades federativas. Así, el paquete de candidaturas es muy apetitoso para quien llegue a la dirigencia nacional.

Por eso tanto jaloneo entre los dos grupos que se han ido conformando al interior de Morena: los radicales que desconocen la intervención del TEPJF en la vida interna de Morena (Martí Batres, Citlalli Hernández, Claudia Sheinbaum, Bertha Elena Luján, John Ackerman, Irma Erendira Sandoval, Héctor Díaz Polanco, entre otros); y los moderados que aceptan la resolución del TEPJF (Mario Delgado, Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard, Mónica Fernández, Alejandro Rojas Díaz Durán, Gerardo Esquivel, etc.)

El caso es que, si bien el TEPJF metió con calzador jurídico su resolución, Morena tuvo casi un año para organizar su elección interna. De seguir la línea de los radicales, en el sentido que expone John Ackerman de convocar a una resistencia civil, se estaría atentando en contra del propio partido, dados los tiempos de electorales.

Esto motivó un nuevo reproche del presidente AMLO a sus correligionarios, que insisten en los enfrentamientos y no en el acuerdo para realizar la encuesta que él les propuso tiempo atrás.

La aparición de Morena en el campo político nacional ofrecía la oportunidad de regenerar el sistema de partidos, pero resulta que el poder indigestó a sus integrantes y, en lugar de observar las mejores prácticas políticas y colocarse a la vanguardia de la transformación de México, empezó a dar tumbos por todos lados. Con Yeidckol Polevnsky se perdió un tiempo precioso para la organización del partido en el poder. Eso sí, de acuerdo con la denuncia interpuesta por Ramírez Cuéllar, tuvo tiempo suficiente para hacer mal uso de los recursos del partido. 

Gracias al liderazgo del presidente AMLO, a las alianzas electorales y al evidente fracaso del neoliberalismo, se logró la hegemonía política para poner en marcha los cambios de fondo que están dando forma a la 4T. Sin embargo, Morena ha estada casi dos años a la deriva, sin saber qué hacer con tanto poder político y económico.

En Tabasco también ha sido evidente la ausencia de un proyecto partidario.  César Burelo ni se vio ni se escuchó, pero quería mantenerse en la presidencia; José Eduardo Beltrán operó a favor de Jesusita López, quien se inconformó por la elección de Pedro Hernández Jiménez como presidente interino. Así ni para dónde hacerse.

El desgaste de la 4T derivado de las crisis sanitaria y económica, de la impetuosa austeridad republicana y del incesante golpeteo mediático, se ha reflejado en las encuestas y podrían influir en las elecciones de 2021. Con el combate a la corrupción (caso Lozoya) se estaba recuperando, pero el video del hermano del mandatario le resto fuerza, aunque ahí viene la consulta popular para enjuiciar a expresidentes del país.

Si Morena sigue sin pies ni cabeza, si sus integrantes están más interesados en el poder que en los principios y las causas sociales, si hacen alianza con partidos tan nefatos como PVEM, si no son capaces de poner orden en su interior, de reforzar ideológica y políticamente las acciones de la 4T y llevar a buen término la elección de 2021, difícilmente podrá ser un factor de consolidación del proyecto de transformación.

La experiencia de Mario Delgado frente al joven intelectual Gibrán Ramírez se verá en la encuesta.