¿Quién para rival?

Morena, este movimiento social enmascarado de partido, será por mucho el triunfante arrasador entre las 32 elecciones locales para presidencias municipales y/o congresos

Morena, este movimiento social enmascarado de partido, será por mucho el triunfante arrasador entre las 32 elecciones locales para presidencias municipales y/o congresos, además de las 15 gubernaturas y diputados federales. Unos 3 mil 526 cargos de jerarquía sumados a una cantidad superior a los 29 mil cargos menores que se votarán en concurrencia el 6 de junio próximo.

Se perfila para alzarse con el banderín de la victoria en cuando menos 71 de las 100 municipalidades con alto peso específico en el entramado de la geopolítica cogobernante mexicana, aun en medio de una lucha entre grupos con intereses ideológicos contrapuestos, desde 2018 sin liderazgo formal en el Comité Ejecutivo Nacional, al no conciliar hubo que tomar decisiones  el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en un asunto que seguirá en riña.

En la controvertida gestión del Presidente de México, fundador del movimiento, no hay quien le haga contrapeso entre sus adversarios, como cuando él asumió ese rol como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, en tiempos de Vicente Fox a quien le arrebató la agenda pública desde las mañaneras que ya realizaba entonces estrictamente con periodistas, ahora extendidas a la cobertura mediática de televisoras públicas del estado, en vivo para llegar a su objetivo: las masas del colectivo social.

En el claroscuros de sus aciertos y sus yerros, sus propios datos y el contraste de aquellos a quienes denomina como conservadores, el Jefe de los Estados Unidos mexicanos tiene a su merced un gran segmento poblacional que le otorgaron el mando en la alternancia, ante el hartazgo de una partidocracia sin pies ni cabeza.

Un sistema de partidos que se creyó dueño de los privilegios del mando gubernamental federal y local, pero nunca fueron capaces de mirar más que por encima del hombro, en el desprecio de un rival que supo capitalizar de manera eficiente la bandera del combate de la corrupción que le caracterizó al régimen neoliberal, además de comprometerse con la bandera  la austeridad, una honestidad valiente, para combatir el flagelo de las crisis en la economía y en seguridad. 

Insólito que los problemas del neoliberalismo perviven aun en el régimen de la cuarta transformación, con acento en ayuntamientos y legisladores, federales y  locales, añadiendo las manifestaciones de protestas de colectivos diversos que incluye a la clase empresarial; pero la fidelidad reflejada en las encuestas muestran el visto bueno a la gestión pública administrativa federal, al grado de influir en la tendencia de la voluntad popular para los suyos.  

 “La fuerza moral” presidencial tiene toda la injerencia en la proclive simpatía, sobretodo incidida por la cercanía de sus giras, limitadas por ahora a la sana distancia obligada por la pandemia sanitaria del coronavirus. Algo que antes no sucedió con una que otra excepción.

Pasadas las campañas, una vez en la Silla del Águila olvidaron el roce con la muchedumbre, situación que ha mantenido quien ahora habita no en el simbolismo de Los Pinos sino en Palacio Nacional.

Los candidatos que postule Morena para alcaldes y/o diputados así como a gobernador, aquellos que resulten victoriosos serán por la fuerte influencia de Andrés Manuel López Obrador, porque quienes hoy están en funciones beneficiados por su arrastre en las votaciones de 2018 la generalidad quedan a deber. Cuando menos en 71 de los 100 municipios más importante  en lo socioeconómico respaldarían la continuidad  del movimiento.

En solitario o bien en coalición total, parcial y/o flexible, la voluntad popular se inclinará por Morena, incluso en territorio que por mucho fueron afines  a Acción Nacional, al PRI y al PRD, esta triada que en la alianza no serán competencia ante el desencanto y sin propuestas de compromisos convincentes.

Tabasco, la tierra y agua presidencial donde tiene origen el régimen de la cuarta transformación, igual que el sureste, volverán a votar por el movimiento, incluida la capital del edén de este territorio Morena en la predominancia de los cargos a elegir, no así la municipalidad campechana para el PRI y el estado de Yucatán, donde pinta Acción  Nacional.

En el norte, nadie daba siquiera un quinto por el frente de los partidos izquierda durante la elección presidencial de 2006, hora tiene en el bolsillo Zacatecas, Guerrero, Colima, Baja California, Nuevo León, Jalisco, Tamaulipas, que eligen igual gubernaturas, donde quien manda hasta ahora son acuñados en la ideología del  PRI; y PRD en Michoacán.

Acción Nacional conservará en general las municipalidades, congreso, y/o gobierno, en Durango, Aguascalientes, Baja California Sur, Guanajuato, Querétaro, Chihuahua, sumando San  Luis Potosí.

En la Ciudad de México es también dominio de los “servidores de la nación”; Acción Nacional mantiene la lealtad de la alcaldía de Benito Juárez, recuperando su otro bastión que es Miguel Hidalgo, además de Azcapozalco; Venustiano Carraza está en limbo del empate técnico. El Estado de México va con el régimen federal en turno.

Los estudios de tendencia electoral no mienten, aún menos con el ridículo de la manipulación que hubo en la presidencial de 2012, unos resultados exorbitantes. En particular TResearch tiene muestreadas las 100 principales municipales. No se olvida que son una fotografía del momento, aunque difícil que con candidatos visibles cambie el sentido del voto popular. El PRI va camino a su descomposición, lo tuvo todo y ahora se quedará sin las ocho gubernaturas aún en su dominio por renovar.

Bitácora

El sistema de partidos está obligado a reinventarse con cuadros nuevos forjados con su cuño si quieren aspirar al 2024. Hacer a un lado de lo público a las rancias caras de siempre, en el descrédito que tienen por cosecha.  

eduhdez@yahoo.com