Recientes elecciones, nos ganó el COVID
VOTAR Y ARRIESGAR LA VIDA, así lo destacó el Diario Presente ese día
El pasado dos de marzo lo advertimos en las páginas del diario Presente y en el periódico quincenal, Opinión, que dirige mi amigo Efrén Vázquez. Dijimos entonces que: dada la situación peligrosa que estamos viviendo por la pandemia del COVID-19, no existen las condiciones para llevar a cabo un proceso electoral y las votaciones.
VOTAR Y ARRIESGAR LA VIDA, así lo destacó el Diario Presente ese día. La velocidad vertiginosa con la que en los últimos días, después del día 6 de junio, ha aumentado el número de contagiados nos da hoy la razón. Textualmente dijimos ese día que: “… ante el número de muertos por el coronavirus, ante tantos contagios y el peligro de que estos números aumenten, lo que menos importa hoy a la vida de los tabasqueños es este asunto de las elecciones”.
Y nos preguntábamos: De verdad ¿es necesario realizar elecciones en estos momentos de angustia, amenaza y tragedias familiares que hoy estamos sufriendo los tabasqueños?, ¿en qué nos pueden ayudar hoy unas elecciones para enfrentar la pandemia, la recesión económica y al número de desempleados que no tienen para comer?, ¿son más necesarias las elecciones que la vida de las personas?
Afirmamos en esa misma colaboración que veíamos ese asunto de tal torpeza como querer hacer elecciones en tiempos de guerra. Y en este punto ni el gobernador Adán Augusto, ni el presidente Andrés Manuel tienen la culpa: por desgracia había que cumplir con la Ley Electoral. Además la oposición, pretendiendo ganar espacios en las gubernaturas, en las alcaldías, en los poderes legislativos locales y federales jamás hubiera permitido un cambio a la ley electoral de última hora.
Y frente a este dilema nos vino a la mente el título de aquel libro del ilustre jurista Novoa Monreal: “El Derecho como obstáculo al cambio social”. Propusimos entonces en esa colaboración que se reforme la Ley Electoral en el sentido de que en casos de cualquier contingencia social que se dé en el futuro y ponga en riesgo la vida de las personas como hoy la pandemia del COVID-19, se posterguen las fechas de las elecciones hasta que se den las condiciones que permitan realizarlas sin riesgo alguno para la vida de las personas.
Los diputados electos tendrán que trabajar en esa reforma. Pero creemos además que no sólo es el pasado proceso electoral la causa de que haya aumentado de manera vertiginosa el número de contagios en estos últimos días. También juega un papel importante la falta de educación y el “valemadrismo” de muchos tabasqueños.
Con ese título me publicó las siguientes reflexiones mi amigo Efrén Vázquez en su periódico, en agosto del año pasado: “El valemadrismo del tabasqueño”. Y dice: Tenemos el penúltimo lugar en nivel educativo escolar en el país. México ocupa uno de los últimos lugares en el mundo donde menos libros se lee y Tabasco se lleva las palmas. Pocos tabasqueños tienen educación nutricional: si no es carne no es comida. Toman mucho refresco embotellado. Por ello hay un alto número de obesos, hipertensos y diabéticos lo que es caldo de cultivo para el coronavirus. Y sumada a esa patología tenemos un alto índice de alcoholismo y de suicidios.
La gente no lee libros, no cultiva su mente y su vida interior, es vacía, y sin riqueza interior busca la calle pensando encontrar ahí la felicidad. Además se emborracha o se suicida. La mayoría del tabasqueño le huye a la soledad. Le tiene miedo al silencio, a estar consigo mismo porque eso implica estar con nada porque nada hay en su interior. Esa mayoría vacía, cree que en la bulla, el ruido y el escándalo están la alegría y la felicidad: eso no es más que el miedo al silencio y a la soledad. La educación además nos hace responsables y respetuoso por los demás. Nos hace disciplinados, solidarios y compasivos.
Nada de eso tiene la mayoría de los paisanos. Son valemadristas y los demás les importamos un cacahuate. Como corolario de todas estas reflexiones urge además una reforma educativa de manera integral. A principios del gobierno de la 4T entregué a las instancias correspondientes una amplia propuesta de Reforma Educativa, derivada ésta de 42 años de experiencia docente. Nadie me hizo caso.