Revisando el pasado…le acertamos sin bola de cristal

Ni un punto ni una coma cambiaría de este texto escrito y publicado exactamente hace un año en este mismo espacio para analizar el destino que se prevén en la 4T para Tabasco

Ni un punto ni una coma cambiaría de este texto escrito y publicado exactamente hace un año en este mismo espacio para analizar la trayectoria y destino que se prevén en la 4T para Tabasco y para México. Y decía y dice…

Aquí no hay cambio, vivimos una “Revolución” de la 4 T

Es un hecho que la inmensa mayoría de los actores políticos y sociales de México, incluyendo a una buena parte de los “morenistas”, no se están enterando de nada de lo que significa la 4T impulsada por Andrés Manuel López Obrador, que se olvida que ya no es el líder opositor indiscutible, sino el Presidente de la República, con todo el poder que eso implica. En la  retórica de los últimos tiempos, los que le critican piensan que AMLO ha llegado al poder sin un proyecto concreto y que todo lo que hace es un reguero de improvisaciones y pronuncia innumerables discursos llenos de palabras y vacíos de contenido. Nada de eso. No le conocen. López Obrador lleva toda su vida planeando una estrategia para cambiar a México y ahora, que detenta los instrumentos necesarios, es muy posible que haya dado un paso más y se apresta a la revolución pacífica de la estructura que movía a la sociedad. Una casta enquistada en el PRI y en el PAN, contando con la complicidad de una serie de fuerzas políticas satélites, fácilmente controlables, se han hartado de manipular a nuestro país con herramientas como la corrupción y la impunidad garantizando el enriquecimiento sexenal ilícito de camadas de “nuevos talentos” a los que se les permitía la rapiña por la omisión del poderoso y que, además, contaba con la impunidad como escudo. La corrupción estaba tan enraizada (todavía sigue estándolo) que hasta se veía bien y cotizaba en la escala social. Nadie rechazaba a los corruptos, sino que por el contrario eran merecedores de respeto, admiración y casi culto por parte de una sociedad que se nutría de las migajas de esas prácticas y con eso se daba por satisfecha. Lo que ahora ocurre, y es lo que no se entiende, es que AMLO está rompiendo con los esquemas del pasado, uno a uno, arrancando de raíz instituciones y plataformas públicas para no seguir alimentando a la corrupción, el cáncer más dañino que como sociedad hemos padecido. Y los que piensen que en las próximas elecciones intermedias comenzará el ocaso de la era AMLO y la 4T están muy equivocados y fuera de época. Los que aseguran que el Presidente acabará su mandato desprestigiado y sin apenas apoyo social no están conscientes de la realidad que nos inunda penetrando todas las costuras: sin prisa pero sin pausa. La última encuesta del periódico El Financiero aporta algunos datos al respecto porque el 66 por ciento de la población sigue apoyando a López Obrador, justo cuando los errores naturales que se cometen al principio de las revoluciones están más a la vista y son escandalosos. Hay tiempo más que suficiente como para que la experiencia, y con las correcciones necesarias, las meteduras de pata se conviertan en virtudes. Por tanto no hay “cambio” que valga, aquí vivimos en tiempos de la “Revolución de la 4T” de la que tenemos para un rato largo. En Tabasco hay ventajas añadidas y la más importante es que el gobernador, Adán Augusto López, es uno de los más cercanos al Presidente, que siempre que puede demuestra su cariño y afecto por su compañero de mil batallas.