Rosario Robles, Núñez y su binomio: Dos mitades nacionales en busca de la “verdad”

Rosario Robles, Núñez y su binomio: Dos mitades nacionales en busca de la “verdad”

Se han posicionado en las últimas semanas varios falsos dilemas políticos en los que parece que se nos plantea si queremos justicia o venganza. Son en su mayoría casos que nos afectan muy directamente a todos los ciudadanos que en una gran mayoría tenemos opinión al respecto. Los casos Rosario Robles o Arturo Núñez y su compinche y esposa Martha Lilia, son dos ejemplos, de los muchos que tenemos pendientes, en los que la avalancha de opiniones nos impide ver el bosque de nuestra legitimidad democrática, que está basada en el respeto a la ley. Ambos casos son tan evidentes, tan fragantes, que no necesitan siquiera de juicio mediático para acusar a quienes sin duda tienen responsabilidades. Pero no por eso tenemos que ajusticiar públicamente a los que sin pudor hicieron del patrimonio de todos los mexicanos su coto particular rebañando nuestras arcas y nuestras riquezas posiblemente pensando que la tradición de la impunidad iba a seguir jugando a su favor para lo que quedará de resto en sus vidas. A falta de su enjuiciamiento legal todo parece indicar que pagaran por su terrible error y su inmundicia personal y política. Pero la justicia, como la tierra debe de ser para quien se la trabaja en los tribunales y busca la verdad judicial para que se les aplique sentencia, sin que la percepción de la ciudadanía sirva nada más que como indicio de alerta social. Lo curioso en los casos en los que pongo como ejemplos es que hasta los que defienden el debido proceso coinciden en culpar a los dos protagonistas de lo que se les acusa con lo que existe una tendencia a romper con esa maldita costumbre que tenemos los mexicanos de dividirnos en dos en cuanto surge cualquier polémica. ¿Es verdad que somos dos mitades aunque hablemos de que una es enemiga de la otra, sin saber cuál de las dos es la peor? Los que tenemos auto prohibido el desánimo no tenemos ningún mérito porque jamás hemos estado animados. Misteriosamente, la 4T parece que está saliendo bien, pero no estamos aprendiendo a repetirla. Estamos en lo de siempre, pero hemos perdido el modelo y buscamos la receta, que no está en venta en las farmacias. La llamada “nueva izquierda” que se ve reflejada en MORENA, ve enemigos donde antes veía cómplices y aciertos. Lo que se baraja no son ideas sino convicciones y de tanto traquetearlas las hemos dejado sin sitio. El pasado domingo hubo una manifestación contra “los jueces corruptos” pero puede interpretarse como una tendencia a no estar de acuerdo con la división de poderes, buscando su exterminación misma, siendo que luego depositamos en la independencia judicial la responsabilidad de juzgar con garantías a procesados como los antes descritos. La división de poderes, que era sagrada, ha vuelto a dividirse y ya nadie sabe si los suyos son de los nuestros o de los de nadie. Ni los propios beneficiarios de ayer desean correr con los perjuicios porque son de muy difícil reparto, ya que siempre hay algunos que pagan más que otros y una tercera parte esquiva pagar la suya. La gente de la calle sigue haciéndose la misma pregunta: ¿usted cree que si fuera verdad que hay dos caminos hubiéramos elegido alguno de ellos? Ambos juicios a Robles y a Núñez y su binomio Martha, exigen tener paciencia, que no sabemos si será una virtud teologal, nacional o estatal, pero que sospechamos que es preciso hacerla crecer cada día que pasa sin que pase nada decisivo.