Rosendo Gómez Piedra: La cara amable del gobierno

Rosendo Gómez Piedra: La cara amable del gobierno

Como que no es normal que el secretario de Gobierno se convierta en el rostro amable de la autoridad y, sin embargo, en Tabasco, Rosendo Gómez Piedra lo ha conseguido. Con la renuncia de su antecesor, Gustavo Rosario, no han disminuido un ápice los problemas que mantiene la actual administración y sin embargo, gracias a la firme, pero aterciopelada gestión de don Rosendo, la conflictividad social es mucho menor y las protestas se llevan a cabo con total y absoluta normalidad democrática y no como antes a garrotazo limpio. Si es atinado a veces utilizar los lugares comunes en este caso más y se puede decir con toda propiedad que si es necesario criticar los errores de un gobierno también es de justicia hablar de los aciertos y el nombramiento de Rosendo Gómez, un buen ser humano, para el cargo de secretario de Gobierno, ha sido uno de los mayores de Arturo Núñez que el domingo, por cierto, rinde su último informe que entregará su secretario de Gobierno en la Cámara de diputados tabasqueña. Gómez Piedra llegó al cargo en uno de los peores momentos de Tabasco. Las finanzas están cuestionadas, los resultados no se ven y las algaradas callejeras estaban a la orden del día causando graves problemas que nos acercaban a la ingobernabilidad. Con mesura, exquisita educación y buen trato el Doctor en derecho penal consiguió enfriar los ánimos, centrar los asuntos y con tacto comenzó a buscar soluciones que, si bien no han sido definitivas, si en buena medida han venido a paliar el justo reclamo social porque se ha visto de su parte buena fe y ganas de escuchar y entender a los quejosos. Dice don Rosendo que él llegó para el final de la segunda parte del partido en términos futbolísticos, aunque él prefiere explicarlo con el deporte del béisbol, del que es fanático y que le une con su amigo y jefe político Andrés Manuel López Obrador pero que para mí es un mundo desconocido. A dos meses de cerrar el ciclo del actual gobierno de Tabasco quedan los peores días por pasar. Cuando no está claro si el secretario de Finanzas, Amet Ramos, podrá conseguir cuadrar el “debe y el haber” justo en la época navideña, tan sensible para todos. En este escenario, tan lleno de incertidumbre y aristas peligrosas deberá desenvolverse Rosendo Gómez Piedra que sin sale con bien de esta no cabe duda de que se habrá convertido en un activo político de Tabasco que no se debería menospreciar. En todo caso es merecido un reconocimiento a su labor tranquilizadora, que ha sido fundamental en estos tiempos de crisis y desesperación. La ciudadanía de Tabasco le contempla como un “buen tipo, con una preparación académica espectacular” que ha tenido el coraje de afrontar un trabajo muy difícil, que finalmente alguien tenía que hacer, y para el que no muchos se atrevían a postularse, de forma discreta y eficaz. Lo raro es que  por más que se busque no se le aprecia su lado político, esa ambición de poder que caracteriza a los que se adentran en ese mundo tan lleno de traiciones y falta de escrúpulos. Rosendo Gómez Piedra transpira “bonhomía”, ese adjetivo que difícilmente se puede aplicar a un personaje público.