OPINIÓN

Saldos de la Revocación de Mandato
09/05/2022

Saldos de la Revocación de Mandato

La democracia directa tiende a subsanar las fallas y deficiencias de la democracia representativa, pero no la sustituye, sino que la complementa y procura fortalecerla. En ella, los partidos políticos tienen prohibido intervenir para influir en las preferencias de los electores, más no para promover la participación ciudadana de manera neutral.

Con esa premisa están concebidas en la Constitución General de la República la Revocación de Mandato y la Consulta Popular, que son las dos únicas expresiones de democracia directa a las que hace alusión de manera expresa (la Iniciativa Popular sólo está dibujada), de las que sólo existen dos ejercicios nacionales: la consulta popular llevada a cabo el 1° de agosto del año pasado con una participación del 7.11 % del total de la lista nominal de electores, en la que el 97.72% votó por el sí a la pregunta ¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminados a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas? y la Revocación de Mandato, realizada el recién pasado día 10 del presente mes, en el que votó el 17.7% de la lista nominal de electores, de los cuales el 91.8% sufragó en favor del sí de la segunda parte de la pregunta ¿Estás de acuerdo en que Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su período?

Sobra decir que las preguntas fueron largas y dificultaron su comprensión en amplios sectores del cuerpo electoral y eso pudo haber sido uno de los factores que inhibió la concurrencia a las urnas y las puso en atonía con el propósito pedagógico de los dos ejercicios; es decir, carecieron de sencillez y claridad.

Por lo que respecta en específico a la Revocación de Mandato, desde un principio el entorno advertía que era muy difícil concurriera a las urnas cuando menos el 40% de la lista nominal de electores a efecto de que su resultado fuera vinculante para el Poder Ejecutivo y el Congreso de los diputados y diputadas. Y así ocurrió, porque independientemente de otras cuestiones, se carecía de un precedente a nivel nacional que mostrara en toda su dimensión la importancia y utilidad de este instrumento de democracia directa.

Sin embargo, fue un ejercicio saludable para la sociedad que oxigenó la participación ciudadana, con la pretensión de hacer escuela para ser utilizado en caso necesario. Eso dependerá de la importancia que la ciudadanía le otorgue; de cómo perciba la población el comportamiento del titular del Poder Ejecutivo Federal y del trabajo que al respecto hagan los partidos políticos que son organizaciones estables, susceptibles de contribuir a crear conciencia de su utilidad en la sociedad; pues más allá del partido que esté en el poder, en democracia, si bien quienes están en el poder procuran conservarlo permanentemente, no es dado para siempre.

El poder ciertamente empodera, pero su uso también desgasta, sobre todo cuando no hay correspondencia entre las promesas y los actos de gobierno, lo cual contribuye de manera sustancial a debilitar a la democracia a la que se carga su ejercicio inadecuado e ineficaz.

La Revocación de Mandato otorga la posibilidad de corregir desviaciones y de enmendar la equivocación que pudo haber cometido el cuerpo electoral al emitir su voto de forma mayoritaria en favor de una persona, que en el ejercicio del poder genera descontento más allá de lo tolerable, por acciones que desnaturalizan la esencia del buen gobierno.

El resultado del ejercicio dejó buen sabor de boca, particularmente en quienes buscaron su realización, pues aun cuando no llegó al umbral mínimo para ser vinculatorio, logró un porcentaje importante de votos e incluso, más allá del máximo 13% que no pocos pronosticaban. Por su parte, el Instituto Nacional Electoral refrendó el profesionalismo de su trabajo y demostró la efectividad de la amplia e intensa campaña de difusión que desplegó para informar a la sociedad de éste ejercicio sin precedente a nivel nacional. De ahí, la confianza que la sociedad le tiene y que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Cultura Cívica 2020, es la tercera institución con mayor credibilidad en el país, siendo la primera el Ejército y Marina y la segunda la Guardia Nacional.

Una vez más el INE probó estar a la altura de las circunstancias y sorteó con éxito las limitaciones económicas en que fue colocado para llevar a cabo la Revocación de Mandato, sin que éstas hayan incidido negativamente en la eficiencia y eficacia de su trabajo.

Finalmente, la Sala Superior del Tribunal Electoral Federal declaró inválido los resultados de la Revocación de Mandato al no alcanzar la cantidad de sufragios emitidos de cuando menos el 40% de la Lista Nominal de Electores, lo que no significa que el proceso haya sido anulado; ahora sólo quedan pendientes de resolver las denuncias interpuestos ante la Fiscalía de Delitos Electorales de la Fiscalía General de la República.



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