Se olvidó el origen prehispánico
del cacao, nuestra identidad
04/02/2021
Es tan difícil hablar de identidad. Pertenecer a un lugar se nos complica. Preferimos romper las reglas. Caminar por esos senderos de lo comercial. Adaptamos y nos adoptamos a otras culturas, si es que se les puede llamar de esa manera.
Cuando nos indican o nos hablan sobre lo nuestro, me refiero a las raíces, algunos sienten escalofrío, escozor y rehúyen.
Efrén Hernández Maldonado es guardián y protector de los saberes ancestrales de la cultura espiritual, una herencia de sus abuelas –dice-, quienes le enseñaron sobre el conteo maya, cuidado y relación de la madre Tierra, así como técnicas de curación. Su lugar de origen y donde aún continúa viviendo se llama Miahuatlán, Segunda Sección, del municipio de Cunduacán.
Al platicar con esta personalidad se recrea un misticismo. Sobre todo, cuando nos habla del sagrado cacao, el fruto que nuestros ancestros usaron hasta como moneda de cambio.
Hoy nos rememora que esa conexión se ha perdido, porque el cacao sólo se usa para presumirlo en concursos, pero se quedó lejos de su valor real, que es la cultura milenaria que representa. La parte espiritual de origen prehispánico quedó en el olvido. Un olvido igual de nuestra identidad.
Efrén Hernández señala que por los menos dos veces al año se tiene que dar gracias a la naturaleza por la existencia de este producto, por su cosecha, por lo que deja de riqueza a quienes lo siembra.
Para ellos es necesaria una ceremonia sobre la espiritualidad, sobre el sagrado cacao. “Una se hace en el mes de junio, cuando empieza las floraciones, y ahí se pide perdón a los guardianes y protectores del fruto, por si no se hicieron bien los trabajos, como para estar en armonía entre los que cuidan el cacaotal y todo lo que existe en él”.
“La otra ceremonia es para fines de octubre y principio de septiembre, y es de agradecimiento, consiste en llevar una ofrenda donde va el dulce, la comida, las flores, las candelas, y también se invoca a los abuelos que han trabajo en ese cacaotal, y para que se va a agarrar esa cosecha”.
Este guardián nos dice que se ha ido perdiendo estas ceremonias, y es en Miahuatlán donde sólo se hace, porque en Cárdenas y Cárdenas, localidades de siembra, ya no se ve.
“Se trata de una conexión con los indígenas y el fruto, es una espiritualidad propia llena de identidad”.
Relata que en la cosmovisión se tienen dos visiones de cómo se hizo al hombre y a la mujer, y una fue del sagrado maíz y sus colores: el rojo fue para hacer la sangre, el blanco para los huesos, el morado para los órganos, y el negro para los ojos, el amarillo para la gordura, pero el espíritu se tomó del cacao.
“Este mito, esa creencia nos lleva a decir que somos los hombres y mujeres del sagrado cacao”.
“Desafortunadamente los medios de comunicación bombardean a los niños y jóvenes, incluyendo a las escuelas, la iglesia, quienes no fomentan esta identidad, al contrario, tratan de guardarla, desaparecerla”.
Lamentó que los ancestros se hayan muertos, y no alcanzaron a transmitir su sabiduría para que se recibiera la herencia milenaria, porque los jóvenes hoy están más en las redes sociales.
“Nosotros como consejo indígena nos preocupa esa parte, de ahí nuestra esperanza de que se cumpla con esa estafeta”.
“Somos pocos los que estamos quedando como guardianes, y cada seis meses estamos trabajando con la escuela de espiritualidad y medicina maya”, señala.
PARÉNTESIS
El diputado local Rafael Elías Sánchez Cabrales señaló que el excandidato priista a la gubernatura, Jesús Alí de la Torre tendrá que ‘alinearse’ a los estatutos, principios y programas de Morena, en caso de ser candidato o llegar a ocupar algún cargo, por las siglas de ese instituto político. También a la convocatoria y decisiones internas. (kundera_w@hotmail.com)
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