Seguridad, la obligada visión regional integral

Seguridad, la obligada visión regional integral

Hay una estrategia nacional, regional y estatal contra la inseguridad, que “está funcionando” según afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador con base en los reportes de Alfonso Durazo, titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana. Aunque los planes iniciales cambiaron para que la Guardia Nacional se desplegara en las fronteras y así cumplir los compromisos con el gobierno de Estados Unidos, el gabinete del sector sostiene que cumplirán los tiempos para bajar el índice de violencia en el país.

Como parte de la coordinación regional, se informó de la reciente reunión de los gobernadores de Tabasco, Adán Augusto López Hernández; de Veracruz, Cuitláhuac García, y de Chiapas, Rutilio Escandón. Se trata de la segunda reunión entre estos mandatarios quienes ahora debieron agregar el tema migratorio a los ya conocidos asuntos de la explotación petrolera y el combate conjunto a los delitos. Habrá, sin duda, más cuestiones de la región. Más todavía si, como indicaron, invitarán a un próximo encuentro a los gobernadores de Oaxaca, Yucatán, Quintana Roo y Campeche.

Precisamente en Quintana Roo, ayer el presidente López Obrador afirmó que en aquella entidad turística se ha logrado reducir de dos a uno el promedio diario de homicidios. Es el resultado, dijo, de la coordinación entre los gobiernos federal y estatal. La seguridad no sólo es la principal demanda de la población, es también una condición para que las inversiones se mantengan e incrementen. Todavía con mayor razón en una zona que vive del turismo y la buena imagen.

Como usted sabe, en el caso de las zonas de esparcimiento y de atención a visitantes, también pesa la amenaza de personajes como Donald Trump que en cualquier momento pudieran declarar “zona de riesgo” no recomendable para los turistas de su país.

México tiene como una de sus fuentes más importantes de ingreso de divisas el turismo. En 2018 visitaron nuestro país 41.5 millones de viajeros internacionales y se captaron 22.5 mil millones de dólares.

Aunque poco se ha hablado del vínculo entre la migración y el turismo, podemos adelantar que México deberá ser muy cuidadoso al abordar estas cuestiones: se requiere mayor seguridad, pero al mismo también garantizar la libertad de tránsito y que nuestra nación mantiene sus políticas de buen trato con los extranjeros.

Es, al tiempo, otro asunto que estará en la bitácora de los gobernadores de la región sur sureste.

Es por eso que en el encuentro de los mandatarios de Tabasco, Veracruz y Chiapas se destacó el respeto a los tratados internacionales de derechos humanos, derechos de los migrantes y derecho de los refugiados, al tiempo que se avanza en la normativa nacional con dichos compromisos internacionales.

La migración se convirtió en sinónimo de tráfico de personas, muertes, droga, delincuencia, pero ahora tiene que ser abordado integralmente.

Así, se dijo que habrá libre tránsito, pero siempre y cuando sean personas con documentos. ¿Qué inconvenientes traerá para los turistas las nuevas prácticas de control de viajeros? Lo veremos muy pronto, y uno de los termómetros será la coordinación que tengan las autoridades con –por ejemplo- los prestadores de servicios de hospedaje (hoteles y moteles) con la disposición de una identificación obligada. Esta condición obligará a los prestadores de servicios a tener políticas claras para la protección de datos personales.

La experiencia nos ha mostrado que no es tanto que se expidan nuevas leyes, normas, exigencias, sino que se apliquen correctamente y con criterio las existentes. Seguridad y libertad son dos conceptos y prácticas que no deben ser excluyentes. Veremos.

SUMAS Y RESTAS

Leíamos ayer que unos 83 mil migrantes están en riesgo y necesitarían protección del Estado Mexicano, de acuerdo con el informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Se trata, indicó la agencia internacional, de quienes podrían ser deportados desde Estados Unidos o estar en situación de vulnerabilidad. México es territorio de paso obligado, pero las nuevas reglas lo están convirtiendo en lugar de residencia para los emigrantes extranjeros, con todo lo que ello implica.