Sí queremos acabar con la corrupción: Necesaria Ley de Control de Donaciones

Sí queremos acabar con la corrupción: Necesaria Ley de Control de Donaciones

Ya tenemos Ley Anticorrupción en Tabasco, aunque como dice un amigo: “si no se elimina el Fuero los más predispuestos a robar, que son los políticos, no tendrán castigo”. A meses de unas elecciones convendría aclarar un punto clave para acabar con la corrupción: Las donaciones. La adorable virtud de la humildad se ha refugiado en algunos políticos. Ninguno se muestra partidario de que sean divulgados los nombres de sus generosos donantes, ni tampoco el de sus impacientes acreedores. Creen que es mejor que no se haga pública la identidad de los derrochadores, para que no les acusemos de pródigos. La verdad es que no son despilfarradores, sino inversores. Quienes le regalan dinero a un partido político y ocultan su nombre piensan cobrárselo todo junto, cuando llegue el momento, que siempre llega. Quienes mandan, cuando sus desmanes trascienden, ceden su sitio a los opositores, que vuelven a volver, como las oscuras golondrinas de Bécquer o como las machadianas cigüeñas que tornan a los campanarios. Para evitar esa monotonía, si los legisladores de verdad quieren acabar con la impunidad y los corruptos, deberían redactar una ley de control de la actividad económica-financiera, que por otra parte es la única que puede controlar. Se acabaron los dadivosos enmascarados. Todo el que dé dinero verá publicado su nombre y reconocido su altruismo. Y los partidos políticos deberían ser obligados a hacer público su estado de cuentas permanentemente, en línea. De aquí en adelante deberíamos saber al detalle con que se financian reuniones de proselitismo de personajes que en teoría no disponen de las cantidades necesarias para esa tarea, pero que en la realidad disponen de millones y millones de efectivo que nadie sabe de dónde sale.  Deberíamos saber quien paga el alquiler del recinto, lo que se reparta de comida o bebida, la megafonía y en fin de donde sale tanto y tanto efectivo, que además no paga ni IVA, como debería de ser y más si se trata de un legislador. Por suerte, la norma no afectaría a demasiados tabasqueños. Si se encuentran en el desempleo y desean desprenderse de una cantidad para financiar la campaña de su “Gayo” no tendrán pegas. Para ellos, la humildad no es sólo una virtud, sino una obligación. Además, los desempleados que quieran hacer donativos tendrán que publicarlos en la página web y ellos detestan cualquier forma de ostentación. Hay comportamientos dignos de admiración y de imitación, pero ambas cosas requieren tener algún dinero.