Si te aflojas te afligen y si te afligen te aflojas

Aristóteles, más sabio que nosotros, dijo: “no se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”

El hecho de que algunos actores políticos quieran hacer ver que los recientes, trágicos y dolorosos hechos ocurridos en torno a las mujeres han hecho que el Presidente, AMLO, se muestre derrotado y sin capacidad de respuesta demuestra que no tienen ni idea de lo que está ocurriendo en México. Mucho me temo que esa clase política está “desnortada” y los que ostentaron el poder de manera patrimonial indiscutible y tiránica por décadas,  no han entendido lo que ha significado la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República: Lo que vivimos es una revolución, no una serie de cambios cosméticos que les permitan en seis años regresar por donde solían. O no lo entienden o se resisten a entenderlo. Por lo pronto el sistema de partidos políticos simplemente ha caducado y no se adivina por donde saldremos en los tiempos que vienen. Cuesta imaginarse como acabaremos de desarrollar la madeja que nos traemos entre manos. Aristóteles, más sabio que nosotros, dijo: “no se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”. Y en eso es en lo que se ha empeñado AMLO durante la primera etapa de su gobierno: En conocer los detalles del poder. Cierto es que en ese camino seguimos aguardando, cosa que tiene su mérito cuando no se espera nada. Lo que era enredo es desbarajuste. No siempre el Tiempo, cuando se escribe con mayúscula, lo arregla todo porque hay cosas que las pone peor de lo que estaban antes de intentar corregirlas. Asistimos a un final de época sin saber cuándo empezó. Por eso son ociosas las manifestaciones de repudio al Presidente, que tristemente se vieron  protagonizadas por un puñado de gente que añoraba sus privilegios en diferentes manifestaciones mediáticas o por otro puñado de feministas enojadas con el mobiliario urbano de la CDMX. López Obrador, es el líder indiscutible que a pesar de todos los enconos provocados y reales cuenta a estas alturas del partido con un insólito 60 por ciento de aprobación de la ciudadanía, que por cierto son más aún de los que le votaron. Y eso a pesar de las acusaciones de que se ha nutrido de lo más rancio del priismo que se pasaron a las filas morenistas en bloque. No siempre la mejor cuña es de la misma madera porque eso depende del árbol donde la hayan cortado. Los que creemos que el verdadero enemigo es el que siempre está hablando del enemigo desconfiamos de los súbditos amigos. Antes PRI, PAN y MORENA se llevaban a matar y ahora se conforman con dejarse malheridos, porque el combate va para largo y los líderes tienen una vida corta y por eso piensan en una tregua que a todos beneficie. Antes había un pastel para repartir pero ese manjar ya fue devorado y pasamos al escalón siguiente inferior en la medición de la riqueza: El pan a secas. Cuando se parte un pan dulce las raciones son obligatoriamente escasas. En un mundo de las encuestas pagadas el PRI y el PAN cada día tenían más seguidores, pero llegó Andrés Manuel y al volver la cabeza atrás comprobaron que no los seguía nadie, y a esa ausencia se le encontró la sabia explicación de que se habían ido a MORENA, hartos de ser engañados. AMLO no tiene la menor intención de dejarse afligir por sus críticos a los que azota diariamente demostrándoles que tiene el látigo por el mango, el toro por los cuernos y el poder en su bolsillo. Y tiene un plan perfectamente diseñado en la 4T y que sistemáticamente se está aplicando con la intención de que ya nunca más pueda ser sustituido de nuevo por la simulación de una clase política ya fenecida y con un franco interés por participar en donde haya un hueso por muy delgado que este sea. Este es nuestro México político en la actualidad.