Los jóvenes Jim Stark, Judy y Platón de la película “Rebeldes sin causa”, coincidentemente son tres como el número de partidos opositores en la alianza “Va por México”, en donde uno de ellos es el patito feo, denigrado por el agrio racismo de una sociedad conformada de migrantes, pero que por su color se sienten superiores, como los que creyeron que México era su rancho, Priistas y Panistas que saborearon las mieles del poder e hicieron y deshicieron a su antojo con los bienes de la nación, se creyeron los únicos dueños; la población -la raza negra a los que podían tratar con desprecio, manipularían y lucrarían eternamente con la pobreza a la que lo llevaron-.

De repente en el año 2018, todo se desborona y escapa de sus manos, cuando la soberbia sobrepasa los límites de lo miserable en lo que se habían convertido, y no hay manera de aprovechar la experiencia, todo se vuelve borroso, horrendo, la mente se ofusca convirtiendo la espléndida vida de opulencia y poder, en un drama que los lleva a entregarse a un rabioso y corrupto “empresario” en una desastrosa alianza donde sus principios, valores, e ideología se convierten en una labaza y el tufo que les impregna es la única coincidencia que los lleva a desaprobar y arrojar piedras a todo cuanto hace el gobernante en turno.

Estrategia que seguramente no los llevará a sumar adeptos, que les merma credibilidad en la población, y la falta de una propuesta que sea opcional para la ciudadanía los arrastra a un nuevo fracaso después de perder cuatro gubernaturas de seis disputadas este año; la oposición tiene que hacer un espacio para la reflexión, re enderezar el camino y corregir muchos de sus errores, hacer propuestas serias y responsables, dejar la demagogia que ya nadie les cree, eso de que Morena no acepta la propuesta del PRI para dar energía eléctrica gratuita a los pobres, es pura hipocresía cuando estaban entregando esta industria a los extranjeros.

O la propuesta de Marko cortés de instalar paneles solares en las poblaciones para el uso de energías limpias en todo el país, mientras se talla las manos debajo del escritorio pensando en el jugoso negocio que esto representaría para el PAN y las estratosféricas ganancias que dejaría en sus bolsillos; esto es lo que el pueblo ha reprobado y no quiere que se repita, convencer una parte de los treinta y dos millones de votante que le dieron el poder a Andrés Manuel López Obrador, no es tarea fácil de lograr, se va requerir más que un programa que sea una nueva opción para el electorado, y esto es la confianza y credibilidad en sus palabras y mensajes, cosa que difícilmente puedan lograr en el corto plazo.

Sin embargo, esto no debe ser suficiente para las huestees de Morena, ya que en su interior hay varios tipos de pescadores, los que están esperanzados que las aguas revueltas se asienten y también los que están al acecho de una oportunidad, traidores y oportunistas exorcistados, donde la ambición del poder es mayor a los deseos de desarrollo y paz de millones de mexicanos, Morena requiere de convertirse y consolidarse como un partido alternativo en la sociedad mexicana si queremos que la cuarta transformación navegue en aguas tranquilas, y lo que se ve, es un horizonte incierto y un temor a que este movimiento se convierta en la reconversión del PRI, so pretexto de un nuevo mundo globalizado, tecnologizado y de las venditas redes sociales que está en la mano de todos, sabios, ignorantes, ateos, religiosos, humildes, abusivos, nobles, plebeyos y perversos, finalmente todos cuentan en una democracia.