Endeuda a un país y manténlo endeudado y lo dominarás, así lo afirman los estrategas financieros de las poderosas potencias imperialistas como los Estados Unidos.

Y a renglón seguido, afirman también: y aprópiate de sus recursos energéticos como el del petróleo y tu dominio se consolidará.

Y esos poderosos hombres del dinero, en su amplia estrategia de dominio, buscan apoderarse también del sistema bancario de ese país. Lograda estas tres metas, los poderosos grupos financieros e industriales de la potencia imperialista terminan por apropiarse de la soberanía de ese país.

Y con México lo lograron esos poderosos hombres del dinero con la ayuda de los gobiernos neoliberales, a partir de Carlos Salinas de Gortari.

Y esta historia, este largo calvario de entrega de la soberanía nacional, empezó para México en 1982. Alucinado por el espejismo del alto precio del petróleo a partir de 1977, López Portillo se fue de bruces con el boom petrolero al soñar que había que aprender a administrar la abundancia. El barril de crudo alcanzó en esos años un precio máximo de 36 dólares para luego desplomarse a siete dólares en 1982.

Y con aquel espejismo, López Portillo se abocó a ampliar la infraestructura petrolera del Sureste del país y multiplicar la extracción de crudo; y todo ello lo financió con deuda. Y terminó por endeudar a México a tal grado que su gobierno concluyó con una terrible crisis económica, monetaria y financiera.

Esa crisis y desorden monetario y bancario, obligó al gobierno de México a caer en manos del Fondo Monetario Internacional. Para rescatar a México de esa crisis, ese organismo mundial, caballo de Troya de los capitales gringos, intervino en la política económica de nuestro país a cambio de brindarle apoyos económicos y empréstitos extraordinarios.

Con la Carta de Intención firmada por López Portillo a fines de 1982, el gobierno mexicano se comprometió a cumplir con una serie de reglas estrictas impuestas por el Fondo Monetario para manejar el presupuesto, el gasto y la inversión pública. Reordenamiento Financiero le llamó el gobierno de Miguel de la Madrid.

CONTRA LA NACIÓN

Desde entonces y, sobre todo, a partir de Carlos Salinas de Gortari los gobiernos sucesivos, los chicagoboys, se dedicaron a aplicar todas las recetas neoliberales de Milton Friedman de la escuela de Chicago: con Salinas se privatizó buena parte de los bienes de la Nación, con Zedillo se privatizaron y extranjerizaron los bancos. Se privatizó el ejido y se le quitaron los subsidios al campo; se eliminaron las tiendas de consumo popular como la CONASUPO y se cerraron otras tiendas del gobierno y las de PEMEX.

Con Calderón se le entregó la energía eléctrica al extranjero, a la compañía española Iberdrola desplazando a la Comisión Federal de Electricidad. Y con apoyo de Peña se desmantelaron las refinerías con fines de privatizar a Pemex y entregar la industria petrolera a manos extranjeras.

Y aún cuando remataron los bienes de la Nación estos presidentes siguieron endeudando a México: la deuda subió de 700 mil millones de pesos con Zedillo a dos BILLONES con Fox, a siete Billones con Calderón y a doce billones con Peña.

Con los gobiernos neoliberales no sólo se endeudó más a México, se perdió el control de la energía eléctrica y PEMEX por poco es privatizado por completo: la Nación llegó a perder como nunca en su historia su soberanía. Recordemos esa conducta indigna de Vicente Fox cuando de manera servil le dijo a Fidel Castro en aquella comida de mandatarios realizada en México: “comes y te vas”. Fox pareció ser más un empleado de Washington que el presidente de México.

Recordemos también cuando a Peña le tembló la voz y titubeó ante las órdenes groseras que le dio Donald Trump de que era obligación de México pagar el famoso muro fronterizo.

Con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se busca rescatar la soberanía perdida de nuestro país: el gobierno de la 4T no ha recurrido a deuda para realizar sus magnas obras, ni para enfrentar la pandemia del COVID.

Por el contrario, por primera vez en treinta años se ha venido pagando parte del servicio de la deuda. Con la solvencia que el gobierno de la 4T ha venido manejado el presupuesto público, México tiene un sólido crédito en el Fondo Monetario Internacional y dentro de los inversionistas extranjeros.

Con el gobierno actual se ha venido rescatando a Petróleos Mexicanos (PEMEX): las seis refinerías que quedaron abandonadas por los gobiernos anteriores pronto empezarán a dar frutos que, junto a la Deer Park comprada en Estados Unidos y la Olmeca, que será inaugurada este próximo primero de julio, le rendirán a nuestro país jugosos ingresos que le permitirán pagar deuda, bajar el precio de la gasolina para frenar la inflación y cubrir otros compromisos. Con ello y sin más deuda, la Nación rescatará su soberanía energética y financiera, y rescatará también parte de la Soberanía perdida con los gobiernos entreguistas de los neoliberales.   (Catedrático universitario)