OPINIÓN

Soberbia y altanería de sangre
01/03/2022

Si bien los problemas de la delincuencia en nuestro país permanecen latentes

Solo un soberbio, en el que su arrogancia lo rebasa, puede atreverse a lanzar al viento que “México debe garantizar la seguridad de su país, no EU”. Yo creo que ni en los peores años y momentos de nuestra nación un mexicano bien nacido se atrevería a pensar en aberrante afirmación, como ha ocurrido con el exembajador Christopher Landau.

Si bien los problemas de la delincuencia en nuestro país permanecen latentes, no somos tan ingenuos para creer que solo con la intervención de la inteligencia de los EU y por la seguridad nuestra, debemos de recurrir al auxilio de los que se creen la policía del mundo y entonces sí, gozaríamos de la paz social que merecemos.

Lo inquietante es que se le ocurre expresarlo ahora cuando tenemos un mandatario nacionalista que ha tratado por los diferentes medios que México goce del respeto que se merece como nación libre e independiente, y no se les permita a los vecinos del norte, continúen pensando que este territorio es el patio trasero de los suyos. Los tiempos de quienes se sostenían en el poder a cambio del abuso para obtener reconocimiento ya pasaron y no deben volver.

Este año, México llevará a cabo un ejercicio libre y soberano para consultar si se revoca o no el mandato del Ejecutivo federal, justo a mitad del ejercicio constitucional para el que fue electo. Es previsible que será ratificado para que lo culmine. Hay cosas que parecen sacados de un cuento macabro, en donde todos estábamos acostumbrados a dejar pasar, dejar hacer, como si no ocurrieren situaciones denigrantes y abusivas con el poder. Y los exmandatarios hacían con las riquezas y patrimonio de la nación lo que a su antojo viniere en gana.

Continua el arrogante en su cuenta de Twitter, “El papel de Estados Unidos no es garantizar la seguridad interna de un país extranjero y, como deberíamos haber aprendido de lugares que se extienden desde Somalia hasta Afganistán, carecemos de la capacidad práctica para hacerlo con éxito”, señaló a través de su cuenta de Twitter. En el fondo hay una amenaza.

Cuanta altanería, cuando deja sentir que solo por no alcanzarle su capacidad práctica en los territorios árabes, no pueden garantizar la seguridad de los países que van desde Somalia hasta Afganistán con éxito. Lo que hay que definir en esto es a que seguridad se refieren, si a la de la población o al de las riquezas petroleras para el abastecimiento norteamericano.

  

Lo curioso de este asunto es que los comentarios surgen luego de que algunos de sus seguidores señalan que Estados Unidos debía tomar cartas en el asunto y enfrentar a los cárteles de la droga que mantienen el control en los terruños de la familia Calderón y que buscan apoderarse de las ganancias de la venta del aguacate en la región.

Aquí es bueno recordar que durante los gobiernos panistas se instrumentó el fallido Plan Mérida el programa de cooperación de seguridad establecido por los Estados Unidos en acuerdo con México, al considerarse que nuestro era la ruta principal por la que atravesaban muchas de las drogas que se consumen en los Estados Unidos. Un comercio del narcotráfico que se calculaba en unos veintitrés mil millones de dólares para aquellos años, y las instituciones norteamericanas involucradas en ese programa eran nada menos que: el Departamento de Estado y el Departamento de Justicia, el Consejo Nacional de Seguridad, el Pentágono, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el FBI, la agencia antidrogas DEA y por parte de México: el Congreso de la Unión, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Armada de México, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y la Fiscalía General de la República.

Ahora es cuando me surge la interrogante ¿Habrá alguien que esté pensando en otro “Rápido y Furioso”?




DEJA UN COMENTARIO