Sobre la tiranía. (Por si ocupan, 2)

Sobre la tiranía. (Por si ocupan, 2)

El epígrafe del libro On Tyranny de Timothy Snyder es de Leszek Kołakowski. Dice así:

“En política no es excusa haber sido engañado”.

Sigue Snyder:

“La historia no se repite, pero enseña”.

“El fascismo y el nazismo fueron respuestas a la globalización: a las desigualdades reales y percibidas que la globalización creó, y a la incapacidad de las democracias para mitigarlas”.

“La obediencia anticipatoria es una tragedia política. Mucho del poder del autoritarismo se le entrega voluntariamente”.

“El error es asumir que gobernantes llegados al poder a través de las instituciones no pueden cambiar y destruir esas instituciones”.

“Es difícil subvertir un estado de derecho sin abogados o montar un juicio falso sin jueces. El autoritarismo necesita servidores públicos obedientes”.

“Si los abogados hubieran seguido la norma de que no debe haber ejecuciones sin juicio, si los doctores hubieran respetado la regla de que no puede haber cirugía sin consentimiento, si los hombres de negocios hubieran apoyado la prohibición de la esclavitud, si los burócratas se hubieran rehusado a hacer el papeleo que llevaba a los campos de concentración, el régimen nazi habría tenido más dificultad para cometer las atrocidades por las que lo recordamos”.

“Los símbolos de hoy dibujan el futuro. Hay que mirar a los signos públicos de odio y registrarlos, no voltear a otro lado”.

“El lenguaje de Hitler rechazaba la oposición legítima: El pueblo siempre quería decir una parte del pueblo, no todo el pueblo; los encuentros eran siempre luchas, y todo intento de entender el mundo en una forma diferente a la del líder era difamar al líder”.

“Los fascistas despreciaban las pequeñas verdades de la vida diaria, amaban los eslóganes que resonaban como una nueva religión, preferían los mitos creativos a la historia o el periodismo”.

“La verdad muere de cuatro maneras”:

Mediante la “hostilidad a la realidad verificable, que toma la forma de presentar invenciones y mentiras como si fueran hechos”. Mediante la “repetición incantatoria, shamánica,” de dichos que suplen la realidad. Mediante el “pensamiento mágico” que abole el sentido crítico. Mediante la “fe equivocadamente puesta en una causa”.

“Renunciar a los hechos es renunciar a la libertad. Si nada es verdad, nadie puede criticar al poder porque no hay bases para hacerlo”.

“La posverdad es prefacismo”.