Tabasco, avalado por la calificadora Fitch Ratings

Tabasco, avalado por la calificadora Fitch Ratings

Cuando se tiene un tablero de control es más fácil llegar a la meta. La disciplina, en todos los sentidos, es la clave para lograrlo.

En el año 2013, el gobernador Arturo Núñez Jiménez hacía referencia a cómo había encontrado a Tabasco en su situación financiera. El balance era desastroso. Un quebranto de 18 mil millones de pesos, y la desaparición de mil 900 millones de pesos, lo que obligó a investigar qué había pasado, porque incluso los mismos proveedores dieron un rotundo no para continuar ofreciendo sus insumos al gobierno. Estaban a punto de la quiebra unos, otras habían bajado las cortinas.

“Es una debacle, estamos rascando, viendo de qué manera podemos reacomodar el presupuesto de egresos para darle, en primer lugar, viabilidad a la prestación de los servicios públicos básicos, que como saben, han estado en riesgo de no poderse prestar por los adeudos que se tienen”, expresaba en aquel entonces.

Por lógica hubo nerviosismo. Pero a través del área de Finanzas –primero con Víctor Lamoyi, después de con Amet Ramos- se inició con el trabajo, como si se tratase de una reconstrucción después de un sismo, para darle viabilidad a la reactivación económica de la entidad, después del vacío en las arcas.

El “boquete” fue una herencia dejada por la administración inmediata anterio (2007-2012), y el reto era caer en la parálisis y una crisis social por la insolvencia de pagos.

“No se estableció previsión presupuestal para el pago a proveedores y encontramos un faltante de poco más de mil 900 millones de pesos de recursos federales que fueron transferidos oportunamente por la tesorería de la Federación a cuentas del gobierno del estado, que tenían usos etiquetados previamente para programas en salud, educación, seguridad pública, justicia y protección, para agua y otros temas que nunca se aplicaron al destino que estaba previsto”, refería entonces Núñez Jiménez.

¿Qué hacer entonces? Hasta donde hemos sido testigos, las investigaciones continúan, pero a la par se fueron saneando las fisuras, a tal grado que al 2017 la calidad crediticia del estado se fundamenta en el desempeño equilibrado de sus finanzas en los últimos tres años, lo que se refleja en una posición de liquidez adecuada con respecto a su pasivo circulante. De igual forma, destaca la disciplina mostrada por el Estado para mantener su endeudamiento y sostenibilidad de deuda.

No lo dice este columnista, fue la consultora financiera Fitch Ratings la que avaló y certificó dicho procedimiento; además destacó que la deuda de Tabasco es baja y con un perfil de amortización favorable.

Fitch Ratings sostuvo que dicha ratificación de las calificaciones específicas de los créditos bancarios es un logro por presentar fundamentos sólidos, lo que derivó de las estrategias bien estructuradas para salir del bache provocado por, primero el mal manejo de las finanzas en la era Granier, y luego por causas de la crisis petrolera.

El proceso de recuperación aún sigue, pero se estima que Tabasco quedará mejor posicionado en sus finanzas. En uno de los discursos el mandatario señaló: “yo no vengo a quitarle nada a Tabasco, al contrario, vengo a aportarle”. Este es un balance que se confirmará al término de la administración.

PARÉNTESIS

COMO una especie de oxígeno puro se anunció el Congreso Nacional AMPI, que se llevará a cabo del 18 al 21 de este mes. Se espera una derrama económica en el estado de aproximadamente 13 millones de pesos.

puntossuspensivos1703@gmail.com