Tendencia a la baja, en contagios de COVID en Tabasco; esperar la semana siguiente

*En medio de la reapertura de actividades, extremar los cuidados *Necesario abrir el sureste, pero protegiendo al máximo la vida

EL MANEJO de la información en esta epidemia del COVID-19 (pandemia en el mundo), es en cierto modo compleja. No sólo por  lo que han denominado “infodemia” plagada de noticias falsas o alarmistas, sino también por la recepción que en el público tienen los reportes o comentarios oficiales. Ningún exceso es bueno: ni el pesimismo paralizante ni el optimismo contraproducente.

¿Se acuerda usted cuando el subsecretario Hugo López Gatell afirmó –a principios de mayo- que Tabasco había llegado al punto máximo de contagios y que comenzaba a aplanarse la curva? Lo que sucedió en las semanas siguientes fue que vimos un repunte de contagios y decesos. Entonces las autoridades se apresuraron a insistir que no se debería “bajar la guardia”.

Aquel anuncio anticipado de “la curva aplanada” funcionó como un banderazo de salida para que la gente retomara las calles, olvidara el confinamiento y la sana distancia. Ocurrió en Tabasco y en casi todo el país, en distintos tiempos. Para frenar la nueva ola de infectados las autoridades tuvieron que recurrir a nuevas medidas de control.

Algo similar sucede con la famosa reapertura de actividades basada en los “semáforos epidemiológicos”. Puestos en NARANJA, donde se permite el reinicio de labores económicas, varios estados tuvieron que regresar al ROJO –destacadamente la Ciudad de México y Nuevo León, dos entidades con una gran movilidad-; finalmente el gobierno federal negoció la aplicación de las medidas restrictivas para tratar de equilibrar la protección a la salud con el cuidado de la economía.

CAUTELA, ANTE LOS RESULTADOS

AYER la Secretaría de Salud de Tabasco indicó que se comenzaba a registrar una tendencia a la baja de los casos nuevos detectados en contagios de COVID-19: luego de tener un “pico” de 497 casos (julio 12) y de 425 (julio 27), pasamos a un “pico” reciente de 388 el martes de la semana que concluye y a partir de ahí un registro descendente de nuevos positivos: 373 el miércoles, 307 el jueves y 192 el viernes. También disminuye –anota el reporte- el número de pacientes hospitalizados, aunque es muy pronto para referir una baja en los casos activos que son los de riesgo para la diseminación del virus.

Estos índices son alentadores tras la crisis que colocó a Tabasco como el estado con menos camas disponibles y requirió de una ampliación de la infraestructura, más todavía considerando que se reabrieron algunas actividades; pero no se debe cometer el error de considerar que el peligro ya pasó, por el contrario, es cuando se deben reforzar las acciones preventivas. 

No ignoremos que la entidad se ubica en el sexto lugar nacional de casos confirmados (23 mil 783) y en el octavo por muertes (dos mil 171). Lamentablemente, el municipio capitalino, Centro, está colocado en el tercer lugar de contagios, apenas debajo de Puebla e Iztapalapa, y por arriba de Leon, Guanajuato, y G.A. Madero, Cdmx.

Las buenas noticias no deben ser motivo para ignorar los riesgos.

Tampoco hay que perder de vista la necesidad que se tiene –como le decía en otra colaboración- de que Tabasco supere la crisis sanitaria. Se trata de una entidad estratégica para la actividad petrolera y es, como bien se sabe, la puerta del sureste. Por aquí pasan los grandes proyectos que para la región tiene el gobierno federal como la Refinería, la explotación de nuevos pozos petroleros, el Tren Maya, el programa Sembrando Vida y es un punto de encuentro con el Corredor Transístmico. ¿Las nuevas cifras corresponden a esta necesidad?

La población de a pie debe tomar con reservas las buenas noticias referentes a la epidemia, porque el virus sigue en la calle. Quienes sufren las consecuencias de un descuido o exceso de confianza son las familias.

DESASTRE Y ESPECULACIÓN

LE COMENTÉ ayer que la decisión del gobierno federal de comprar directamente al extranjero los fármacos e insumos médicos que hagan falta desató la crítica de quienes en el pasado se beneficiaron de las compras nacionales. Algunos empresarios y líderes opositores se quejaron de que se ponían en riesgos más de cien mil empleos en ese sector en el país.

Por el contrario, el presidente López Obrador denunció prácticas de chantaje de las empresas que monopolizaban el abasto. Dijo que las comercializadoras de medicamentos llegaron a coludirse para obligar a los gobiernos federal y estatales a comprar con sobreprecios.

De acuerdo al mecanismo referido por AMLO cuando el gobierno organizaba una licitación de 1,500 medicamentos (o claves), las empresas se ponían de acuerdo y sólo vendían 1,000. De esta forma esperaban que el sector salud tuviera que hacer compras urgentes para venderle los otros 500 con sobreprecios de hasta tres veces mayor.

Resulta recurrente e indignante que algunos proveedores –sobre todo en un sector tan delicado como es el de salud-, aprovechen una emergencia para lucrar con los desastres. Este se vio recientemente con la especulación en la venta de ventiladores para el tratamiento de pacientes graves de COVID-19…y se observa ahora con los medicamentos de mayor demanda por la crisis sanitaria.

Sucede en otras circunstancias de catástrofe con otros productos y servicios. También que algunas autoridades llegan a lucrar con las ayudas y los presupuestos.

AL MARGEN

LA EPIDEMIA es una forma de corrupción que se combate usando cubrebocas y con una sana distancia. Coincidencias con la política. (vmsamano@hotmail.com)