¡Tengan para que aprendan!
23/03/2022
Reza un viejo refrán popular “no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se venza”.
El día llegó y el pasado lunes, 21 de marzo el Presidente Andrés Manuel López Obrador, inauguró uno de los proyectos emblemáticos de su gobierno, el nuevo Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” o como al parecer lo dan entender las siglas con las letras AIFA (Aeropuerto Internacional de la Fuerza Aérea) por aquello de la importante participación que tuvieron las fuerzas armadas en la ejecución de dicha obra.
Pero lo trascendente, a propósito de ese gran acontecimiento histórico, es resaltar no aquellos detalles que como siempre ha pasado con obras similares, al inicio de sus actividades algunos llegan a considerar como “detallotes” pretendiendo minimizar o soslayar la importancia de su realización y el esfuerzo que a final de cuentas se hizo para lograrlo.
Viene al caso recordar aquella frase pronunciada por AMLO --en una de sus intervenciones públicas-- al referirse a los proyectos de su gobierno, cuando dijo “me canso ganso” que se habrían de realizar y pues llegó el día. Ahí está, “tengan para que aprendan”, diría el tabasqueño en otra de sus coloquiales expresiones.
Es un hecho, ni duda cabe, que pasado el tiempo se habrá de aquilatar en su justa dimensión cuando se vea la eficiencia y efectividad operacional de las instalaciones de esta obra; no ahora, porque hoy es prematuro, el tiempo es el que pondrá las cosas en su justa dimensión, cuando se vea en realidad la plenitud de las operaciones del nuevo aeropuerto así como de sus instalaciones, sin soslayar lo que también pondrá a prueba el servicio que brindará a los ciudadanos que con frecuencia utilizan la vía aérea para trasladarse a los diversos destinos del país y a otras partes del mundo.
A raíz de su inauguración, por una parte han surgido opiniones de miembros de la clase política elogiando al AIFA como un logro que se hizo posible y se concretó por parte del gobierno actual; asimismo, comentarios también respetables de quienes en uso de su derecho de han dado a la tarea de resaltar los “prietitos negros” en el arroz.
Esas críticas ni son extrañas ni tampoco casuales; en un país donde existen libertades para las opiniones o comentarios adversos contra los gobiernos siempre ha ocurrido así y se hace más notable y más escandaloso cuando quienes se manifiestan son miembros de la clase política al margen de las esferas del poder público.
En ese contexto, por cierto, no falta quien se atreve a afirmar que por lo menos un nuevo aeropuerto no se había podido realizar hasta hoy por los gobiernos pasados. Nadie habría querido entrarle a solucionar, con la rapidez que ahora ocurrió, ese gran problema que tiene que ver con la saturación en la terminal aérea de la Ciudad de México.
Y es que también en sexenios pasados han existido otros proyectos que no han cristalizado por diversas razones. En algunos casos bien porque provocaban daño ambiental, dudas respecto a la asignación de los contratos o por razones de austeridad.
Por citar ejemplos, los proyectos del tren bala México-Querétaro, el complejo Dragón Mart, en Cancún Quintana Roo, --que ya estaba siendo construido, en la zona costera conocida como El Tucán--, Cabo Pulmón, en Cabo Cortés, Refinería Bicentenario en el Estado de Hidalgo, el Aeropuerto de Texcoco, este último, por cierto, cancelado por las razones explicadas en su momento por el actual gobierno federal etcétera, etcétera.
Qué bien, y es plausible el que se haya concretado la realización del nuevo aeropuerto; tal hecho merece un reconocimiento ya de los “prietitos en el arroz” se encargarán como siempre aquellos a los que nada les satisface, principalmente ese sector de la clase política, que en ocasiones actúa solo por llevar la contraria pero que han existido, tanto en el pasado como también se hacen presentes hoy en la actualidad. ( altar_mayor@yahoo.com.mx)
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