Tentaciones

Tentaciones

Aferrarse al poder con los privilegios que implica dominar la arista socioeconómica inherente en el destino del país es una enfermiza obsesión para quienes llegan a esa posición y sus facciones; una peligrosa atracción que no distingue ideologías, confrontadas  por la ambición de la dominancia, olvidadas del propósito enmascarado, con el engaño comprometido, de la prosperidad.

El egoísmo por perpetuarse en la posesión del mando de la geopolítica imperante en todos los sistemas de gobierno y sus regímenes ha sido la constante mundial, donde México tiene un capítulo por sí mismo singular.

Una hambruna por sostener absolutamente todos los hilos de un mando sin freno alguno, promotora de las más descarnadas guerras justo por imponer sus ambiciones arrancadas  entre los frentes opositores, prevaleciente a la actualidad.

La reelección y/o monopolio de una aristocracia son el común denominador en los que más allá de la aspiración prepondera la ambición por hacer valer la ley del más fuerte, definitivamente para su  cupular interés mezquino.

Un estatus quo sin aún ser superado desde la firma -aquel 31 de enero de 1824- del acta constitutiva de los Estados Unidos Mexicanos; de entonces a la fecha la confrontación entre conservadores y federalistas, centralistas y liberales, hasta transitar al sistema de partidos definidos entre ideologías de derecha, centro e izquierda, han impedido que el país transitase hacia el entramado de una democracia madura merecedora, cuando dista un lustro para alcanzar el peldaño de sus 200 años.

La partidocracia todavía no asimila ni logra tener una claridad a conciencia lo acontecido hace un año calendario por la voluntad popular que el uno de julio de 2018 optó por la alternancia para delegar el mandato a un movimiento al cual en primera instancia desdeñaron, sin considerar la fortaleza de un oponente acrecentado por los yerros de no atender al interés del colectivo social, sumido cada vez en la marginación.

Cegados por la avaricia de saberse dueños únicos en el destino de un México mancillado, desdeñaron a un contrincante cada vez más robusto en quien el común le confió la estafeta del poder ejecutivo -y legislativo- ante el hartazgo del recurrente desencanto por no ver concretados los compromisos.

Ya poseedor de la silla del águila bajo el paraguas del régimen de la Cuarta Transformación, una manifestación antisistema al neoliberalismo desbancado que en medio del repudio pretende sembrar la discordia con el descrédito de sus políticas públicas.

Aún más hiriente en el despecho, reflejo de evidenciar su incompetencia para enfrentar los procesos electivos de 2021 y 2024, se han encargado de propalar desde sus liderazgos ideológicos además del legislativo el temor porque se imponga una autocracia emanada de la eventual reelección.

Un escenario azuzado por la desafortunada reforma legislativa que el Congreso de Baja California hizo al artículo transitorio de su constitución local para extender de dos a cinco años el período del gobernador recién electo, afín al régimen de gobernanza federal de la Cuarta Transformación.

La estridencia  del airado reclamo de la partidocracia adversa señala el riesgo de transgredir también la constitución federal por quienes hoy poseen ahora el monopolio del poder, en detrimento de la propia nación cuando olvidan que aún prepondera un contrapeso de control que descansa en la Suprema Corte.

  

Hipocresía

Un perpetuarse en el dominio político del cual hicieron efectivo los gobiernos del PRI durante un período de 71 años del siglo XX con un legado de atroz autoritarismo  para mantenerse en una competencia desigual consecuente con el recurrente fraude de Estado.

Este rancio régimen revolucionario caudillista que en provecho de tener consigo el monopolio del mando vulneró el principio de “sufragio efectivo, no reelección” al modificar la XXXII Legislatura del Congreso de la Unión el artículo 83 -promulgada el 22 de enero de 1927- para permitir competir indirectamente por un segundo mandato, entonces de cuatro años, a Álvaro Obregón quien no logró su aspiración por ser asesinado en el parque “La bombilla” de Insurgentes, en la capital del país.

El texto del mismo artículo 83 fue modificado el 28 de enero de 1928 reintegrando el espíritu original de período único, con la particularidad de haberse ampliado a partir de entonces a seis años.

Carlos Salinas de Gortari arropado en el discurso  de la prosperidad macro más no microeconómica, además de recuperar el control legislativo en las elecciones de 1991, promovió a través de terceros su eventual reelección, e implicaba modificar ese mismo precepto que le permitiese su propósito.

Pero la oposición principalmente de la izquierda -esa que en sus palabras a no vio ni oyó-, en acompañamiento con Acción Nacional le impidieron el prolongar su gestión de gobierno a un segundo período inmediato.

Durante el régimen panista -entre 2000 y 2012-, a la usanza priista Vicente Fox no pudo imponer a Santiago Creel Miranda, su secretario de Gobernación, ni Felipe Calderón a Ernesto Cordero Arroyo, en su caso secretario de Hacienda, para que fuesen sus sucesores.

Bitácora

El presidente Andrés Manuel López Obrador aprovechó la conferencia de prensa mañanera del 19 de marzo para firmar una carta compromiso de no buscar una reelección al cargo, que obtuvo con un 53 por ciento de votos en las elecciones del uno de julio de 2018 arropado por Morena, PT y Encuentro Social… Sólo faltó la fe de un notario público. Aunque eso sí fue evento público transmitido por la red de radio y televisión públicas, además de las “benditas redes sociales”.

eduhdez@yahoo.com