Tercer y último debate: tendencias, cambio de tácticas, aliados imprevistos

Tercer y último debate: tendencias, cambio de tácticas, aliados imprevistos

*Las comparecencias conjuntas y las intenciones del voto

*López Obrador, Anaya, Meade: disputa final, ¿dos o tres?

*El argumento central y los hechos: quién pacta con quién

Víctor M. Sámano Labastida

UNA VERDAD como una piedra o un puño. Por no decir verdad de Perogrullo: las elecciones se ganan formalmente en las urnas. Pueden también pelearse en los tribunales, pero el porcentaje de resultados anulados ha sido mínimo. Digo esto porque aun cuando las encuestas se convirtieron en protagonistas del actual proceso, sus resultados tienen que pasar la prueba de los hechos. En México, uno de los peores desempeños de las casas encuestadoras fue en los comicios estatales del 2016.

Respecto a los tribunales, tampoco debe escandalizarnos que la disputa por el poder llegue a los jueces. Preferible que quien considere vulnerado su derecho acuda a estas instancias, que -también es cierto- hay que perfeccionarlas.  

LOS PUENTES DINAMITADOS

ANOCHE se realizó el tercer y último debate entre los aspirantes a la Presidencia organizado por el Instituto Nacional Electoral. Llegaron a este encuentro con una definición muy clara: Andrés Manuel López Obrador se consolidó como puntero en las encuestas, en tanto que Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade cancelaron ya toda posibilidad de un bloque anti AMLO. De entre el inicio de la contienda y esta recta final hacia el primero de julio cambió radicalmente el discurso Anaya-Meade: de los intentos de colaboración a la confrontación.

Resulta interesante observar que al segundo y último debate del 2012, realizado el 10 de junio de aquel año, el puntero Enrique Peña Nieto llegó con una ventaja de 4% por ciento frente a Andrés Manuel López Obrador: 38% y 34% respectivamente. En el tercer sitio estaba Josefina Vázquez Mota, con 23% (Diario Reforma). Las apreciaciones sobre “quién ganó” aquel debate fueron  diversas y respondieron a percepciones y preferencias, como es lógico.

El resultado oficial de los comicios del 2012 fue de 38.20% de los votos para Peña Nieto, 31.57% para López Obrador y 25.68% para Vázquez Mota. El porcentaje entre las encuestas y los resultados para EPN fueron similares; AMLO tuvo en los registros oficiales algo así como 3 puntos menos y Vázquez Mota 2.5 puntos más. Los seguidores de AMLO argumentaron fraude.

En la actual contienda el panorama para López Obrador es muy distinto. Se ha mantenido como puntero desde el arranque del proceso (precampañas, intercampañas y campañas).

LA ENCUESTA DE ENCUESTAS

DE ACUERDO al promedio de las encuestas registradas por el sitio Oraculus (Nexos), al primer debate de este año -el 22 de abril-, AMLO llegó con 42.7%, en tanto que Anaya fue segundo con 28.8% y Meade tercero con 21%.

Pasado ese encuentro y para el segundo debate del 20 de mayo –casi un mes después-, AMLO acrecentó su ventaja (siempre según el concentrado de Oraculus) para reportar 48.7% de preferencias frente a 27.6% de Anaya y 20.9% de Meade.

Al tercer y último debate, los tres más fuertes aspirantes a la Presidencia arribaron con una notoria preferencia sostenida para AMLO, quien siguió creciendo en sus registros. A principios de este mes tenía 49.4% en promedio, contra 27.3% de Anaya y 20.4% de Meade.

Es de observarse que tanto Anaya como Meade fueron de más a menos, mientras que su rival acumuló casi siete puntos más. 

Estamos ante un promedio de las diversas encuestas con pequeñas variaciones entre ellas. Podría confirmarse de alguna manera que salvo alguna catástrofe en el desempeño de los competidores, los debates ayudan pero no determinan la elección. Su impacto en la campaña no es mayor a dos puntos.

En esta revisión no he mencionado a quienes estarán en las boletas pero cuyo desempeño realmente no modifica las tendencias en los comicios, como es el caso de Jaime Rodríguez ahora o Gabriel Quadri hace seis años.

Para quien siga de cerca la dinámica de los debates oficiales podrá observar la variación o conservación en la estrategia de campaña. Es particularmente notorio en el caso de Anaya Cortés quien pasó de una moderación frente a Meade –siempre abierta la posibilidad de un bloque- y una confrontación con AMLO, a una nueva ruta en la que propone mostrarse como el único verdadero opositor –con el argumento del supuesto pacto Peña-López Obrador. Podría resultar suicida este salto del panista para tratar de ocupar el espacio que desde por lo menos hace 18 años viene ocupando el tabasqueño; pero las circunstancias obligan al Frente tripartita a ensayar alternativas.

Este viraje de Anaya coloca a los gobernadores del PAN y PRD en un dilema respecto a su posición en relación a Peña. Aunque también puede argumentarse que no están en la contienda como autoridad y sólo actúan como militantes. Pronto lo veremos; las votaciones serán en tres semanas; en estos días presionarán para las definiciones.

AL MARGEN

LOS COMPETIDORES por la gubernatura en Tabasco estuvieron muy pendientes de lo sucedido en Mérida, Yucatán. Calculan costos y beneficios de nuevas alianzas, así como de las evidentes rupturas. La respuesta de Georgina Trujillo (PRI) a Gerardo Gaudiano (PRD) fue contundente: nunca el segundo lugar declina a favor de quien va tercero. Mientras tanto, Adán Augusto López –a quien tácitamente sus adversarios le reconocen el primer sitio, “pero no inalcanzable”, aclaran-, espera que las simpatías expresadas por Oscar Cantón y Jesús Alí por AMLO se vuelquen hacia su candidatura. Hoy mismo, los equipos contendientes en Tabasco analizan el impacto del debate de los presidenciables. (vmsamano@hotmail.com)