Todos tenemos un café pendiente con alguien

Después de haber puesto este país, y a Tabasco, otra vez, patas arriba con nuestros votos, orientados por el hartazgo contra la clase política anterior y la corrupción generalizada que nos servían como brebaje todos los días, con abundantes rodajas de impunidad en el borde de la copa surge mi pregunta…¿Estamos mejor que nunca pero un poco como siempre? O se trata de cambiar las cosas para que nada cambie. Parece evidente que en lo que resta de sexenio veremos cómo se profundizan las transformaciones y en esa tarea tiene mucho que ver Tabasco. Nuestro Presidente AMLO es paisano y el secretario de Gobernación, que si en efecto está flamante y brilla, Adán Augusto López Hernández, pertenece a una estirpe choca orgullosa, preparada y sin límites ni complejos. El Gobernador Carlos Merino es el fruto de muchas generaciones de políticos avezados y de servicio a los tabasqueños que además es una buena persona. Todo parece indicar que en tres años más, estaremos notando los cambios como pocos en este país porque, de darse el relevo en la Presidencia de la República entre tabasqueños, lo que en estos momentos no solo no es descabellado sino probable, nuestra responsabilidad como estado natal de estos dos notables será doblemente histórico. Del nuevo Gobernador Merino, hay que decir que comenzó dando lo que prometió: Dialogo. La victoria contra la oposición fue tan rotunda,  que no merece venganza sino pasar a página para escribir la siguiente que le ha tocado a él redactar. Carlos Merino lo tiene todo: Un Presidente amigo, AMLO, y un secretario de Gobernación como Adán Augusto López, con quien ha venido haciendo política codo con codo desde hace décadas. Va a tener presupuesto abundante y va a disfrutar de la mejor oportunidad que ha tenido un gobernador  en la historia reciente de Tabasco. Merino parece tener la mirada más alta, solo hay que seguir los señalamientos de los miles de tabasqueños que señalan, con su dedo índice apuntando al cielo, cual es el camino que prefieren para llegar a donde quieren llegar. El dialogo es siempre preferible a la confrontación y los pulsos dejaron de estar de moda hace muchos, pero muchos años.