Trump y Latinoamérica: ¿Paso de la Subsunción Formal a la Real? (I)
30/12/2025
La nueva ola de agresiones y amenazas del presidente de Estados Unidos
"El Imperio es algo que atañe a la esencia de nuestras experiencias actuales".
Antonio Negri
La nueva ola de agresiones y amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump hacia Latinoamérica, no son sólo un capítulo más de la imposición imperial geopolítica sobre el subcontinente, sino que por las expresiones usadas y la integración y la redefinición de la Doctrina Monroe dentro del Plan de Seguridad Nacional de ese país, puede considerarse no sólo como el paso de la dominación y apropiación indirecta del territorio y recursos, sino también de lo que Carlos Marx describió para el capitalismo como el paso de la subsunción formal a la subsunción real. Y en lo específico tiene que ver ya no con la confrontación con otro sistema económico y social sino con competidores en el sistema de mercado. Se trata de terminar con el libre comercio indiscriminado para definir cotos regionales exclusivos sin competencia.
Para Marx el capitalismo realiza la subsunción formal cuando mediante el mercado mundial o nacional expolia a formas de trabajo precapitalistas como el esclavismo o la producción campesina, los talleres domésticos y empresas familiares que terminan subsidiándole costos al venderle sus productos; o también hoy, la corrupción gubernamental, el narcotráfico y la violencia de la delincuencia organizada, que producen excedentes sin costos económicos, impuestos ni competencia. Y que además necesitan y sólo pueden realizar sus ingresos o ganancias mediante el sector financiero.
La subsunción real es cuando la forma capitalista organiza al trabajo y el productor ya no vende un producto sino su fuerza de trabajo. Bolívar Echeverría, además, apunta incluso una tercera forma de articulación que llama postcapitalista de sociedad y tecnología con la totalidad social-técnica construida por el capitalismo. Un ejemplo de esta última es lo que Yannis Varoufakis describe como el Tecnofeudalismo donde la producción por así decirlo "se desmaterializa" cada vez más (es ante todo un proceso y automatizado, por ej. la Inteligencia Artificial) y el trabajo pierde su poder de negociación y sólo es un factor casi marginal.
Para Estados Unidos ya no basta tener sometidos a nuestros países a una división global como parte del "hemisferio occidental" como en la guerra fría, ni tenerlos dominados y bajo explotación mediante el sistema financiero de las deudas, ni el pago de macroproyectos y obras mayormente innecesarias como explica John Perkins en su libro de "Sicario Financiero" (Financial Hitman). Ni tampoco mediante la seducción cultural de sus medios de comunicación (música moderna, programas de televisión y cine) como explicaba Zbigniew Brzesinski. Ni a través de las corporaciones, negocios y sistemas informativos. Ni a través del control de las grandes empresas editoriales monopólicas (Random House, etc.). Ni a través del control y sentido de la educación en todos los niveles, sobre todo en las escuelas y universidades particulares (ITAM, Tec, etc.). Ni controlando la formación de cuadros de altos niveles becados en sus universidades (Harvard, Yale, etc.). Ni por la forma más "suave" de imposición y transferencia de tecnologías que van haciendo indispensables (como la informática y sus hardwares, pero sobre todo softwares). Todo lo que en la nueva estrategia de seguridad se define como "soft power" (poder suave).
Es decir, si revisamos la historia de las relaciones del siglo pasado, vemos como de las intervenciones e incluso inversiones directas (Canal de Panamá), Estados Unidos fue pasando a un modelo menos violento pero más global, más holístico, más multidimensional de control no sólo de los gobiernos sino también de las sociedades, sobre todo después de la segunda guerra mundial y que tuvo mucho que ver con lo que se definió -explica Arturo Escobar- como "desarrollo".
El desarrollo fue una manera de impulsar la hegemonía estadounidense que se dio de distintas maneras en Europa (Plan Marshall), Japón y Corea del Sur, y en América Latina (Alianza para la producción) como lo exponían explícitamente los llamados "organismos internacionales", que se presentaban como neutros como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (por eso el coraje de Maynard Keynes que los propuso inicialmente como meras formas de compensación del sistema financiero internacional ligadas a lograr el Estado de bienestar).
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