TURISMO, DESCENSO DEL ALTO USUMACINTA Y EL SAN PEDRO MARTIR.

TURISMO, DESCENSO DEL ALTO USUMACINTA Y EL SAN PEDRO MARTIR.

Dentro  de los inmensos recursos turísticos que tiene Tabasco podemos citar el alto Usumacinta y  el  San Pedro Mártir, dos maravillas naturales que debemos proteger y explotar turísticamente, pero debemos reiterar, son recursos turísticos, no productos turísticos,  y mientras no creemos un producto turístico, no podremos desarrollar esta industria.

Es necesario incentivar a los mayoristas, invitarlos a que conozcan nuestros recursos, y nos indiquen que productos se pueden crear y que pequeñas obras de infraestructura requieren ellos para incluirnos en sus libros y se comience a vender Tabasco en todas las agencias dentro y fuera de la República.

Dos posibilidades con grandes expectativas de éxito son los descensos del alto Usumacinta y el San Pedro Mártir, que se podrían combinar con visitas a las zonas arqueológicas  de Pomoná, Reforma y Palenque, que propiciaría la creación de empleos bien pagados, el desarrollo de la industria de la hospitalidad, hoteles, restaurantes, comercios, artesanías,  transportistas, agencias de viajes, guías turísticos, etc. etc.

Ya contamos con un aeropuerto internacional en Villahermosa, y se requerirían pequeñas obras adicionales, insistiendo en que estas tienen que ser sugeridas por los mayoristas que invitemos,  como

necesarias para la creación y operación del producto, y nunca inventadas por autoridades estatales o municipales que nunca han servido para nada. Hemos llegado a tener 17 paradores turísticos que han terminado en ruinas y cabañas que el tiempo ha destruido.

Los mayoristas, que son los que nos mandarían turistas, tendrían que decidir cómo llegar al alto Usumacinta, Se tiene que reconocer la cabecera municipal y traslado al Centro Integrador Santo Tomás, y de allí a El Cortijo, segunda sección, ya a orillas del alto  Usumacinta, donde habría que construir un parador y una rampa para lanchas,  y desde luego habría que darle mantenimiento  adecuado a este camino.

El descenso,  aprobado de esta forma por los mayoristas, pasaría por el rápido de San José y más adelante por el rápido de San Joseito, que es el más problemático,  llegando después a Las Margaritas, una bella Hacienda con un museo y un arroyo de aguas profundas y cristalinas,  con tiempo para bañarse y tomar alimentos, prosiguiendo finalmente a Boca del Cerro donde desembarcarían y pernoctarían en Tenosique, donde se les podría ofrecer una cena animada con la danza del Pochó, el atractivo de conocer una cultura viva.

En el descenso del  San Pedro Mártir, se requeriría un  muy pequeño camino del punto fronterizo El Ceibo al embarcadero del rio, menos de un kilómetro,  un parador y rampa para lanchas, mejorar el Parador en el poblado La Palma  y construir una rampa para lanchas, y crear  otra rampa para lanchas próxima a las

cascadas de Reforma y un parador en las mismas. Este rio es una verdadera maravilla de la naturaleza, con sus  boquetes  que saltarían las lanchas y pasando de un cauce majestuoso a tramos en que se divide en arroyos corrientosos con pequeñas caídas que cruzan  las lanchas.

A más de las visitas a las zonas arqueológicas, se podrían combinar con turismo rural con visitas y pernoctas en haciendas ganaderas, en que el turistas  se hospedaría en casonas como la de la hacienda Nueva Esperanza, integrándose al manejo del hato ganadero, la ordeña y la producción de quesos y mantequillas.

Otra extensión podría ser tomar un catamarán en la boca del Chacamax y bajar a Emiliano Zapata  disfrutando la maravilla del ocaso, el rojo disco del sol que parece sumergirse en el imponente rio que se tiene enfrente, creando unas pernoctas en este poblado.

Son muchas las opciones, pero no tenemos que inventar nada, tenemos que dejarnos guiar por los grandes mayoristas, generalmente con asiento en la ciudad de México, que son los que nos mandarían la corriente  turística que Tabasco puede y debe tener para el bienestar, desarrollo y progreso de su población.