SEGUNDA DE LA SERIE.- La deuda ejercida por los gobiernos tiene los orígenes terribles que comentamos en la primera entrega. Eso también lo dijo recientemente José Antonio Álvarez Lima, ex gobernador de Tlaxcala y actual senador de la República. Es muy cierto. No es una exageración. Entonces hay que estar precavido en andar endeudándose, sea para la familia o para el gobierno que realmente es el representante de todo un conjunto de familias, aunque a veces convenientemente un gobernante podría olvidar esta verdad.

El segundo aspecto de la deuda es que el deudor no puede predecir en el futuro las circunstancias financieras que justifica su endeudamiento. La tasa de interés puede llegar hasta niveles muy lejos de lo estimado por los “expertos” financieros, como ha ocurrido muchas veces en cada una de las muchísimas crisis financieras.

En la crisis del 1994, en Tabasco, la tasa de interés sobre la deuda estatal antes de ocurrir la crisis era del 14 por ciento. Tres meses después, en marzo de 1995, estaba en 84 por ciento, seis veces lo estimado. Una persona o gobierno tiene un buen control de su Ingreso si sigue trabajando con ahínco. También, si cuenta con algo de autodisciplina, tiene control del Gasto.

Pero, la Deuda, como en el ejemplo anterior, está francamente afuera de su ámbito de control, aun siendo un gran país. Entonces, el que se endeuda no tiene en sus manos el control de su propia deuda. El endeudamiento tiene que ver con factores desde mundiales y nacionales, hasta estatales, sobre los que el deudor no tiene ningún control, a diferencia de otras variables económicas y financieras. Por ello, es literalmente meter la cabeza en una guillotina y no siempre va a bajar la navaja sobre el cuello expuesto. Pero si se baja no debe de sorprenderse el antiguo poseedor del cuello.

CONDICIONES MÁS DURAS

Hay un tercer aspecto que quisiera aclarar. Conforme vamos moviéndonos de los países, empresas, y familias del Mundo Desarrollado hacia el Mundo Menos Desarrollado, las condiciones para el deudor se van endureciendo más y más. En el Mundo Desarrollado, la tasa de interés para el Gran Capital es solo alrededor del 1% anualmente. Pero, ahí mismo, para un simple deudor de una tarjeta de crédito, pudiera ser arriba del 30%. Desde luego, este último porcentaje se va incrementando más y más conforme vamos contemplando a las zonas menos desarrolladas. En nuestros mercados populares, la tasa de interés podría alcanzar el 100% por semana, un porcentaje anual superior a los 450,000 billones.

Otro aspecto muy importante es la percepción sociocultural y psicológica de la Deuda. Hay sociedades y culturas que castigan el endeudamiento, esencialmente las tradicionales que han tenido siglos de experiencias negativas en el tema. Gran parte de esa experiencia ha pasado por los siglos hasta el presente. No es accidental que China y la India ahora tengan tasas nacionales de ahorro de las más altas del planeta, de la región no asiática; casi el 50% del Ingreso Nacional en el primer caso, y el 35% en el segundo. Por siglos sus pueblos fueron vejados por las malditas deudas y ahora, independientes, no quieren regresar a esos tiempos, y por ello ahorran mucho para poder tener la autonomía de sus decisiones, base fundamental de su independencia económica y carta mayor para tratar con los grandes capitales que no los pueden manejar a su antojo. De hecho, la misma filosofía permea al México Profundo (las comunidades campesinas e indígenas) y otras civilizaciones testimoniales.

Si me acompaña en esta serie para PRESENTE seguimos con un tema que, lo queramos o no, está vigente en nuestras vidas. (El autor es Doctorado en Economía por la  Universidad de Pennsylvania, 1971. Especialista en Saneamiento de Aguas Negras y Lagunas mediante Sistemas Naturales; asimismo asesor en Planeación, Finanzas, Desarrollo Regional, Organización Productiva. Consultor Técnico Especialista en Modernización Administrativa)