OPINIÓN

Un acercamiento: origen, costos, efectos en nuestra vida
01/06/2022

Los suministros requeridos por la rapiña siempre exigían de sus promotores económicos y financieros una excelente organización

Hacemos un alto en la revisión del origen y los resultados de un modelo imperial frente a uno democrático para abordar un tema que me han planteado los editores de este diario y que tiene que ver, también, con las dos formas de gobierno, a dos mentalidades, a las que nos hemos referido. La cuestión es de enorme actualidad: la deuda pública.

Esencialmente México tiene un problema severo de la deuda pública y este parte del sistema español impuesto en la administración pública de la Colonia, porque desde Hernán Cortés había deuda, o sea el México colonial nació no solo con deuda, sino por la deuda.

De hecho, los acreedores de Cortés sacaron la tajada grande de la rapiña colonial, mientras que los dirigentes aventureros como Cortés vieron las grandes riquezas pasar por sus narices sin poder consolidarlos, y al contrario pagar las deudas con nuevos endeudamientos comprometidos con una nueva ola de rapiña mediante una nueva Conquista. Así, la Deuda y la Conquista se reforzaron mutuamente, ambos conceptos teniendo como combustible la voracidad y otros vicios humanos. Y no solo México.

ORGANIZACIÓN PARA EL SAQUEO

Los suministros requeridos por la rapiña siempre exigían de sus promotores económicos y financieros una excelente organización. Siempre ha sido un buen negocio robar al que tiene, pero no puede defenderse bien. Por ejemplo, en la Guerra Peloponesa entre Atenas y Esparta, las elites de Atenas (una docena de oligarcas) decidían muy democráticamente como usar el poder de Atenas para robar a otras ciudades, basado en un cálculo de Costo-Beneficio muy completo: quién ponía los trirremes (naves de guerra); quién los hombres; quién los materiales de guerra; quién los víveres y demás suministros; quién lideraba la expedición; etc.

Luego, se determinaban, también muy democráticamente cómo se iba a repartir el botín de la aventura: los esclavos principalmente, pero también los granos atesorados, los metales y joyas preciosas, y en general todo lo que se podía llevar, y si no, quemar. Claro, a veces, los pueblos avasallados lograban parar el derrame con una negociación por entregar algo en el futuro: la deuda de hombres de labores de campo o para la guerra, los niños vendidos como esclavos, y desde luego las mujeres vejadas. Pero, también, demasiadas veces, esos pueblos fueron saqueados sin piedad como ocurrió con Melos, otra ciudad democrática a la manera griega, que Atenas destruyó por completo.

La rapiña también pudiera ser una trampa para el agresor como de hecho ocurrió con la fallida invasión de Siracusa y Sicilia por la flota de Atenas, y entonces los agresores terminaron con la misma suerte que víctimas: muertos o esclavizados y convertidos en botín, posiblemente salvados con un rescate y tal vez de nuevo, una deuda.

ESCLAVITUD DISFRAZADA

La deuda tiene otros orígenes terribles en la humanidad. La deuda financiera como resultado de una carga injusta que un humano impone sobre otro mediante el poder, o sea como esclavos, pues, se paga la deuda con la esclavitud y se pagaba después con la vida de uno como siervo trabajador amarrado al patrón. Por ejemplo, muy recientemente, en el siglo pasado, los ingleses deliberadamente ponían los impuestos altos en la India colonial y los hindúes no podían pagar los impuestos. Entonces, los ingleses cumplían su objetivo de mandar todo el pueblo endeudado por completo, hombres, mujeres y niños, a trabajar gratis para ellos en las minas y plantaciones de Sudáfrica, Kenia, Uganda, Trinidad, Malasia, etc., y ahí se exprimían su trabajo convertido en libras esterlinas enviadas a la metrópoli, y los hindúes morían muy pronto.

Como resume David Graeber en su libro clásico, “Deuda”: “ Durante miles de años, hombres violentos han podido decir a sus víctimas que ellos les deben algo. Si no hay algo más, cuando menos “se les debe su vida” porque no fueron asesinados”.

Si me acompaña en esta serie para PRESENTE seguimos con un tema que, lo queramos o no, está vigente en nuestras vidas. (El autor es Doctorado en Economía por la  Universidad de Pennsylvania, 1971. Especialista en Saneamiento de Aguas Negras y Lagunas mediante Sistemas Naturales; asimismo asesor en Planeación, Finanzas, Desarrollo Regional, Organización Productiva. Consultor Técnico Especialista en Modernización Administrativa)



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