Un gobierno sin oferta de futuro

Lo que se ve adelante para México causa escalofríos. El país entra estos días en la fase fúnebre de la epidemia

Lo que se ve adelante para México causa escalofríos.

El país entra estos días en la fase fúnebre de la epidemia. Según las previsiones oficiales, el pico de infección y muerte para Ciudad de México se alcanzará esta semana, el 7 de mayo, con un promedio de mil infecciones diarias. El pico de la epidemia del país se alcanzará dos semanas después, el 21 de mayo, con 5 mil infectados diarios.

La medición mexicana de la pandemia que merece tantas críticas, tiene un punto a su favor. Está subestimando muchas cosas, pero no puede subestimar el número de muertos. Habrá quizá más muertos que los de las previsiones oficiales, pero no será la catástrofe anunciada de una población diezmada por el virus.

Si esta catástrofe fuera a darse, ya la tendríamos encima, y no está. La verdadera catástrofe se anuncia en otra parte.

El país avanza por el túnel de la enfermedad, pero hay una luz al final del que es el aplanamiento de la curva, en junio y julio.

Parece más largo y oscuro el túnel de la economía, que empezó a cavarse antes de la pandemia, pero se ha profundizado y alargado con ella, hasta dar vértigo.

Ya hoy, apenas pueden exagerarse las pérdidas de ingresos y empleos, la interrupción de cadenas de producción y de consumo, el cierre de empresas y negocios, el aplanamiento de sectores claves como el turismo y el hundimiento de Pemex.

Aquí no se ve luz al final del túnel. Los pronósticos de recesión son tan altos que cuesta trabajo verles el fin.

Falta de luz al final del túnel quiere decir falta de un proyecto creíble y efectivo para contrarrestar el desplome económico.

La división mayor que aqueja al país en esta materia es el divorcio entre el gobierno y los factores económicos reales.

El gobierno insiste en su modelo fracasado de inversión en petróleo, en infraestructura improductiva y en programas sociales.

No tiene una oferta económica de futuro ni deja que esta surja de la sociedad productiva. Es un gobierno fuerte con un proyecto desfondado por los hechos.

Mala combinación: un gobierno poderoso al servicio de un proyecto agotado.