Un “pico” de pandemia que no es punta; ampliar, en lugar de aflojar, los controles

Aplicar en todo el país las buenas prácticas, erradicar las malas

MÉXICO está en el “pico” de la pandemia, aunque no de manera homogénea. Algunos estados irán entrando más lentamente en este proceso. Están a prueba las capacidades locales para reaccionar a tiempo. Ayer México tuvo un registro oficial de 42 mil 595 casos y sumó ya 4 mil 477 decesos. Tabasco rebasó la cifra de 2 mil casos positivos, con lo que se duplicó el reporte que se tenía el primero de mayo. La tendencia es preocupante, e hizo bien López Gatell en aclarar que no hay tal “declive” de los contagios. Todo está condicionado a lo que se haga o deje de hacer.

En una colaboración anterior le comenté la dinámica acelerada de las infecciones en Tabasco y también la alta mortalidad registrada hasta la fecha. Le decía que de acuerdo a la información proporcionada diariamente por la propia Secretaría de Salud estatal observamos que el 22 de abril se tenían 510 casos confirmados; el primero de mayo ya sumaban 1,066 casos en el reporte oficial. Recuerde que siempre existe una franja que no se ve, que no está documentada.

Siguiendo con los datos oficiales, el 8 de mayo ya se habían rebasado los mil 500 positivos (1 mil 531) y ahora, seis días después estamos superando los 2 mil registrados (2 mil 66). Una ruta acelerada que sólo será posible contener con acciones más firmes y coordinadas.

Le decía el 22 de abril en esta Escala Crítica que en la Fase 3 varios gobiernos optaron por medidas más restrictivas, aunque algunos como el de Nuevo León ya habían comenzado mucho antes. El fin de semana que incluyó el 10 de mayo, en Tabasco se ordenó el cierre de comercios y la restricción parcial del tráfico vehicular. No sólo la movilidad se redujo al promedio requerido (un 65 por ciento), sino que se evitaron las aglomeraciones que propician la expansión de los contagios. Fueron unas horas.

Al inicio de esta semana mencioné que por lo menos en cinco entidades se aplicaba el programa “hoy no circula”, para limitar al máximo la movilidad: Ciudad de México, donde ya es una acción establecida desde hace años pero que ahora se hizo más drástica; Estado de México, Tlaxcala, Puebla e Hidalgo. Se incorporó también Zacatecas. En Tamaulipas se ordenó en las ciudades de mayor tráfico, lo mismo que en la ciudad de Acapulco, Guerrero.

Lo más sensato es revisar aquellas medidas que han funcionado en otros estados, analizar qué están haciendo bien aquellos que lograron contener la epidemia y cómo establecer esquemas de colaboración entre municipios y gobiernos estatales.

UNA VIDA DE ESFUERZOS

FALLECIÓ el licenciado Ernesto Benítez López, quien desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia despachaba como director de la oficina del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) en Nacajuca. Precisamente ahí comenzó su labor con AMLO, cuando éste fue delegado indigenista a finales de los años setenta y principio de los ochenta.

Le cuento una anécdota. Conocí a Don Ernesto, aunque mi relación no fue muy cercana siempre le agradecí el aprecio que tenía hacia nuestro trabajo periodístico. Apenas el 20 de abril, como a las 21.30 horas, recibí una llamada suya en la que me decía que la noche anterior no había podido dormir pensando en la situación de su amigo Andrés Manuel. “Está muy solo, hacen falta voces que defiendan el proyecto; es necesaria una campaña para movilizar a la gente. Para que esto no se burocratice.”

Fue una conversación de 20 o 30 minutos en la que me externó sus preocupaciones y la necesidad de revalorar el esfuerzo de quienes iniciaron el movimiento junto a AMLO. “Son los convencidos, los que tienen conciencia –insistió-, quienes harán posible que esto no se quede en un sueño”.

Lo escuché. Quedamos de vernos en cuanto pasara la crisis por la epidemia. Ya no será.

Una persona muy cercana tanto a Ernesto Benítez como a López Obrador en la aleccionadora experiencia del INI-Coplamar en Nacajuca hace unas cuatro décadas es el economista Baldemar Hernández Márquez. Me dice: “Ernesto era originario de Macuspana, no precisamente de Tepetitán pero si de un poblado muy cercano. Se conocieron prácticamente desde la infancia y a mí me lo presentó el licenciado López Obrador para que colaborara en el plan que se tenía para la zona chontal en aquel tiempo. Llegó con muy buenas credenciales,  un buen cuadro efectivamente”.

Prosigue Hernández Márquez: “conmigo trabajó muy de cerca entonces, recorriendo todo el estado para hacer un censo de familias para los programas de Coplamar. Era muy buen amigo y un gran colaborador, con sentido de justicia y solidaridad social. Muy eficiente y trabajamos de lunes a domingo supervisando las obras de vivienda, sistemas de  agua potable en el medio rural, electrificación, huertos, granjas, el crédito ganadero a la palabra, en fin un proyecto completo. Muy buen observador, pero sobre todo honesto a carta cabal y discreto, sin dejar de ser muy inquieto. Lo recordaré con mucho cariño”.

Varias fueron las expresiones de afecto para este personaje que asumió en fechas recientes una posición muy modesta pero fundamental en la zona indígena. Apenas en febrero pasado acompañó al presidente López Obrador en la reinauguración de la estación radiofónica “La Voz de los Chontales”.

AL MARGEN

ALGUNAS autoridades municipales en varias regiones del país están haciendo su parte. Llama la atención el anuncio hecho, por ejemplo, en el municipio de San Miguel Talea, Oaxaca: no regresarán a clases hasta que no haya un retorno generalizado a pesar de que están exentos de contagios. Pero además, los profesores procedentes de otras comunidades deberán guardar un aislamiento de 15 días antes de incorporarse a sus actividades. (vmsamano@hotmail.com)