Una semana difícil: termina la Jornada Nacional de Sana Distancia, pero no la emergencia sanitaria

No cumplir las normas básicas de salud alargará el tiempo de espera

OFICIALMENTE este lunes concluye la “Jornada Nacional de Sana Distancia” e inicia lo que se ha dado en llamar “la nueva normalidad”. Se trata en realidad, por ahora, de la reincorporación paulatina a ciertas actividades y el establecimiento de una serie de acciones regionales de sana distancia. El riesgo no ha pasado y muchos estados siguen en línea ascendente de los contagios. Así como fue clave la presencia de los primeros casos “importados”, ahora será importante cómo ocurra la reapertura.

El jefe de la campaña anti COVID-19, Hugo López Gatell, advirtió que si las autoridades y la población no respetan el “semáforo de la nueva normalidad” se corre el peligro de un rebrote como al inicio de la epidemia. Habría que insistir en que un rebrote no sería igual sino mucho más riesgoso porque algunos hospitales ya están saturados y el personal de salud abrumado de trabajo.

También insistió López Gatell en una observación de sentido común que se pasa por alto: “no perdamos de vista que esto es cambiante”. Como usted sabe, el comportamiento de las infecciones depende de un factor no controlado: el comportamiento de la población o de pequeños grupos. También, por supuesto, depende del comportamiento de las autoridades…pero ese sería más sencillo de controlar. Supongo.

REGRESO AL PASADO, NO

SE HABLA del “regreso a la nueva normalidad”; pero no se puede regresar a lo nuevo, porque ya no lo sería. En todo caso entramos en la construcción de otra normalidad…que convivirá con viejos vicios y algunas virtudes. Una muestra de los fardos de la vieja normalidad es el conflicto entre el gobierno federal y algunos gobiernes estatales, porque un problema sanitario nacional es abordado con criterios partidistas y de la lucha por el poder político.

Otro aspecto, sin duda, ha sido la resistencia del poder económico en el tema de la solidaridad. Recordemos lo dicho por la canciller alemana Ángela Merkel en febrero pasado: “Uno de los problemas de América Latina es que los ricos no quieren pagar nada”.

La reflexión de la gobernante alemana fue el complemento de otra observación: “¿Cómo es posible que un país como Argentina, capaz de producir alimentos para 400 millones de personas, tenga al 40 por ciento de su población viviendo por debajo del umbral de la pobreza?”.

En 2017 México exportó alimentos por un valor de 33 mil millones de dólares, convirtiéndose en uno de los gigantes mundiales en ese aspecto. Los productos agropecuarios nacionales se consumen en más de 160 países…pero teníamos antes de la pandemia unos 30 millones de compatriotas en pobreza alimentaria.

La nueva normalidad tendrá que incluir una jornada nacional por la sana economía.

PETRÓLEO Y SERVICIOS

LE DECÍA que entre las actividades que se reanudan, o no se interrumpen, está la minería que en Tabasco implica la extracción de hidrocarburos. Representa más de 50 por ciento de la actividad económica, de la cual a su vez depende el sector de servicios éste si prácticamente paralizado por la emergencia sanitaria.

Tabasco aún está alejado de la reactivación. El gobierno federal estableció un semáforo que va del rojo (riesgo máximo) al verde (riesgo bajo), pasando por el naranja (alto) y amarillo (medio). De las actividades que retornan, para la entidad se cuentan la minería (extracción de petróleo) y construcción (la refinería, por ejemplo), que en realidad no se frenaron.

Hay que insistir que la finalización de la “Jornada Nacional de Sana Distancia” no es –y mucho menos para Tabasco- el banderazo de salida a la calle. Resulta, es cierto, urgente retomar la actividad productiva y la generación de ingresos (sobre todo en un estado donde el 60 por ciento de su fuerza laboral opera en la informalidad), pero tienen que seguirse normas muy estrictas; demostrar, además, una disciplina que hasta ahora ha estado ausente en algunos grupos que son los que retrasan el término de la etapa de confinamiento.

La construcción de la nueva normalidad en el país arranca con un promedio de 3 mil contagios diarios –el más alto desde que ingresó la pandemia al país-, mientras que Tabasco se ubicó en la semana reciente en un promedio superior a los 140 contagios diarios.

Junto a los protocolos que deberán aplicar los empleadores –especialmente el gobierno, que debe dar el ejemplo-, es necesario que a nivel de calle se difundan las medidas para contener y combatir las infecciones. El “brigadeo” y el trabajo a ras de suelo tiene que ser un apoyo junto al uso intensivo de los medios tradicionales de información.

AL MARGEN

ECONOMISTAS consultados por este columnista afirman que es el momento para que Tabasco aproveche una gran ventaja comparativa para encabezar, o incorporarse con éxito a la “nueva normalidad” que implica una “nueva economía”. Su antigua pujante actividad agropecuaria debe ser retomada primero para producir sus propios alimentos y luego para aportar al mercado nacional. Frente a la crisis global del coronavirus ahora es necesaria una respuesta local.

La actividad petrolera no debe ser vista como la solución, sino como una palanca para el desarrollo. (vmsamano@hotmail.com)