VIOLENCIA VICARIA
06/07/2022
La violencia vicaria se presenta tanto en hombres como en mujeres, siendo mayor la denuncia en estas últimas
La violencia vicaria es una forma de violencia dentro del núcleo familiar en el que uno de los miembros de la pareja realiza una serie de conductas dirigidas a los hijos e hijas con el objetivo de dañar, chantajear o hacer que el otro miembro de la pareja cumpla su voluntad. Se trata de un mecanismo por el cual se ejerce presión sobre el otro miembro de la pareja para mantener el poder sobre ella.
Este tipo de violencia acostumbra a utilizarse en determinadas situaciones, como por ejemplo un proceso de separación o divorcio, o cuando uno de los miembros desea rehacer su vida con otra persona. En estos casos, el miembro agresor utiliza la violencia sobre los hijos de la propia pareja con el objetivo de coaccionar o impedir algunos actos, ya que considera que la pareja puede ser “de su propiedad” o no tener derecho a elegir otro tipo de vida. En estos casos, el miembro maltratador sabe que la mejor forma de hacer daño a la otra persona es dañar o incluso matar a sus propios hijos, para producir el mayor daño posible al otro progenitor.
La violencia vicaria se presenta tanto en hombres como en mujeres, siendo mayor la denuncia en estas últimas, lo que no significa que sean mayormente victimizadas. En el caso de la pareja agredida, al ver cómo los hijos sufren esta violencia, pueden llegar a ceder, alargando la sumisión deseada por el miembro agresor. Si no cede, quien maltrata, con el objetivo de dañar al máximo al otro miembro, puede llegar a asesinar a los hijos, sabiendo que de esa manera producirá el mayor daño posible al otro padre.
En el adulto, los trastornos psicológicos generados son múltiples: estrés, ansiedad, estrés postraumático, depresión. Si hablamos del menor, se pueden generar problemas, tanto físicos como psicológicos por ejemplo discapacidad o incluso la muerte, estrés postraumático, baja autoestima, fobia social, dificultades sociales, falta de vinculación o empatía, comportamientos antisociales o comportamientos agresivos.
Para tratar la violencia vicaria es necesario primero darle difusión. El desconocimiento de este comportamiento permite a agresores y agresoras, permanecer en las sombras y persistír en el daño a las familias. A su vez, es importante que sea la propia legislación quien ampare y proteja las necesidades tanto del progenitor que sufre como de los propios niños. Cuando se produce violencia vicaria, es importante que el progenitor y los propios hijos sean orientados y ayudados por profesionales, ante los numerosos efectos y daños colaterales que se pueden producir en ambos.
(Psiquiatra/Paidopsiquiatra/Colaborador de PRESENTE)
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