Tenemos un sistema que no premia las virtudes, pero sí fomenta los vicios

Hay muchos lastres que venimos arrastrando y que es necesario quitarse de encima para desarrollarnos como país y como personas

Hay muchos lastres que venimos arrastrando y que es necesario quitarse de encima para desarrollarnos como país y como personas. Por ejemplo, en la formación de nuestros profesionistas y técnicos en nuestro sistema educativo tenemos una sobreproducción en áreas no críticas y una subproducción en las áreas críticas. Abundancia en uno, escasez en otro. Eso mismo pasó cuando México necesitaba maestros, y había una gran tarea de parte de los políticos quienes decían que iban a hacer una nación educada, en esos discursos políticos de los años 30’s, 40’s y 50’s del siglo pasado.

Se hicieron escuelas normalistas donde el gobierno falsamente prometió que iban a tener plazas de maestros y maestras para cuando terminaran. El gancho no era el estudio, sino el empleo por el resto de la vida, por ese cheque que cae cada quincena por el resto de la vida. No se exigió calidad, se prometió una vida fácil, de rentista disfrazada de maestro.

Uno sólo tiene que cumplir con los directivos del jefe sindical y del director y ya. ¡Qué vida tan fácil! Yo lo viví varios años en los Institutos Tecnológicos de Villahermosa y de Oaxaca.

Pero es un esquema promovido por los políticos. La población no está pensando en eso. Es un pensamiento político. La población mayormente está pensando en pararse e ir a trabajar en la mañana, todos los días; pero sucedió que llegó un político y dijo: “no, señora, el país necesita de maestras, meta a su hija acá y le vamos a dar una plaza”.

El caso se generalizó y ahora el político siguió diciendo: “sí, yo voy a gestionar ante el gobierno federal para que se ponga otra Normal u otra escuela en tu pueblo”. Se construyó una enorme pirámide sobre cimientos de arena. Ahora el país tiene a todos esos egresados normalistas y otros tantos de carreras sobre ofertadas, porque también las universidades están produciendo maestros para escuelas, o sea que todo mundo está metido en ese negocio de engaño. Entonces empezaron los trucos: ¿por qué no retenemos más tiempo a estos amigos en las escuelas, les aplicamos más materias, les echamos las mismas materias pero en más tiempo, les pedimos un servicio especial, otro de servicio social, etc.? Los tiene el Modelo Imperial en la cola de desempleados encubiertos de alumnos para disfrazar el nivel alarmante de desempleo. Pero eso también tiene un límite.

Recuerdo cuando el director del Instituto Tecnológico de Oaxaca me pidió una opinión que me ganó su enojo y me consideró “revoltoso”. Esto es, por tener una opinión distinta a la de él. Entonces me aclaró su estrategia: pegando su mano en el escritorio dijo: “aquí el chapulín que brinca lo voy a aplastar así”. Yo entendí quién era el chapulín.

Esto se repite todos los días. Se trata de la acumulación de poder para el que está arriba y simplemente no premia las virtudes, fomenta los vicios: las virtudes, como la honestidad, no se pueden desplegar dentro del modelo. Es un modelo que fue cuajado poco a poco cuando menos desde la época de La Colonia mediante el sometimiento del pueblo mexicano a todo lo que venía del español. Cuando se terminó La Colonia, dejaron una nación totalmente postrada de rodillas mentalmente, emocionalmente y espiritualmente. Se hace la rebelión de independencia con una transferencia de poder, pero el modelo siguió intacto.

Ahora, en vez de que el peninsular esté arriba en el modelo, es la clase criolla. La Independencia entonces sirvió para deshacerse de España y del tutelaje del emperador, y tener el control de la Ciudad de México, pero ahora hay un modelo francamente imperial impuesto por algunos mexicanos sobre otros mexicanos. Los hijos libres tuvieron gasolina suficiente para apenas lograr la independencia de un poder imperial decrépito como España. La conclusión de esa etapa no deja a México en una buena posición relativa a la competencia global, en este caso Estados Unidos de América. El modelo siguió adelante. Quizá fue una primera oportunidad del quiebre del modelo que no se dio.

(EL AUTOR ES DOCTORADO EN ECONOMÍA POR LA  UNIVERSIDAD DE PENNSYLVANIA, 1971. COLABORADOR DE DIARIO PRESENTE)