Voto antisistema y antigobierno en 2018; independientes, AMLO, Anaya y…Meade

Voto antisistema y antigobierno en 2018; independientes, AMLO, Anaya y…Meade

Escala  Crítica

Voto antisistema y antigobierno en 2018; independientes, AMLO, Anaya y…Meade

*Buscan partidos y candidatos capitalizar la inconformidad

*Se paga la factura del desgaste en el poder y la crisis económica

*Dispersar el voto de los descontentos, clave para el tricolor

Víctor M. Sámano Labastida

EXISTE una grave crisis de los partidos políticos, se dice con insistencia. El propio Instituto Nacional Electoral (INE) ha documentado la desconfianza ciudadana. Es común escuchar en las conversaciones cotidianas calificaciones negativas hacia partidos, líderes y aspirantes a cargos públicos. Inclusive el descrédito alcanza a las instituciones electorales, poder legislativo y gobiernos. Una muestra de ello puede ser cómo los partidos buscan recuperar presencia poniendo énfasis en las personas y no en las instituciones.

Para las elecciones de julio próximo será clave el “voto antisistema”, sostienen diversos estudiosos y observadores de la política; y a ese mismo segmento de inconformes estuvieron dirigidas las precampañas que concluyen mañana. Contra la corrupción, la impunidad, la inseguridad, la falta de empleo, las fallas gubernamentales se expresaron no sólo quienes desde la oposición como Andrés Manuel López Obrador y los independientes buscan canalizar hacia su propuesta el descontento, sino también Ricardo Anaya del PAN y José Antonio Meade del PRI.

Es sabido que en el “viejo sistema”, cuando el PRI ejercía como partido casi púnico, cada fin de sexenio los ciudadanos eran testigos de una presunta ruptura entre el gobierno saliente y el entrante, aunque fuesen del mismo partido. Se habló inclusive de un movimiento pendular que llevaba a que un sexenio el priismo optara por una orientación “revolucionaria” y al siguiente por una “conservadora” o reaccionaria.

Ese mecanismo prosistema y antisistema contenido en un solo partido se modificó al surgir institutos políticos más competitivos. Primero el PAN, posteriormente el PRD…y ahora Morena. ¿Quién podrá beneficiarse del voto de los inconformes?

CADA VEZ MÁS Y MENOS

SI REVISAMOS los resultados de las elecciones nacionales del 2000, 2006 y 2012 –para no ir más lejos-, podremos observar que el sufragio contra los gobiernos en turno, sumados por la oposición, rebasó el 60 por ciento. Quienes ganaron las elecciones para conservar el poder o para obtenerlo no lo hicieron por más del 38 por ciento en promedio. 

Un interesante reporte reciente del diario La Jornada (08/II/2018, Fernando Camacho Servín) recoge las opiniones de Javier Sánchez Galicia, Roy Campos y Carlos Cancino, participantes en la Cumbre Mundial de Comunicación Política, realizada en la Ciudad de México. Coinciden que un factor determinante en las próximas elecciones será el “sentimiento antisistema”, en especial contra el PRI y contra Enrique Peña Nieto.

De acuerdo a Sánchez Galicia –indica el texto- “el PRI concentra el rechazo ciudadano de 57 por ciento, lo cual se refleja en el hecho de que de 2012 a 2018 perdió 24.9 millones de electores, al pasar de 21 estados bajo su administración a 14, y de gobernar a 51 por ciento de la población a 43 por ciento”.

Roy Campos, de Consulta Mitofsky, ubica el ánimo antisistema en hechos concretos como la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el escándalo de la Casa Blanca, el gasolinazo o los gobernadores priístas presos por corrupción. Dijo Campos: “Todo esto generó un ‘antisistema’: gente que odia al gobierno y a todas las instituciones, y que en 2016 representaba 30 por ciento de los ciudadanos pero en 2017 llegó a 35 por ciento. El análisis ya no es de izquierda contra derecha, sino de sistema contra antisistema”.

RECHAZO Y ALTERNANCIA

COMO RESULTA explicable, este ánimo antisistema convertido en voto (porque no siempre sucede ni logra ser mayoritario en las urnas), ha dado como resultado la alternancia partidista en los gobiernos. Así, según registros de Campos y que se pueden corroborar en los resultados oficiales de los comicios, fue sacado del poder el partido que gobernaba en 14 de 25 estados que tuvieron elecciones para gobernador entre 2013 y 2017. En Tabasco hemos visto un fenómeno similar en las votaciones municipales.

Para el político y politólogo Jorge Castañeda, en México se puede repetir el fenómeno de Estados Unidos donde un candidato antisistema (aunque postulado por el tradicional Partido Republicano), Donald Trump, ganó las votaciones. Según el ex canciller y ex aspirante presidencial, sería López Obrador quien puede llevar a su “buchaca electoral” la expresión de inconformidad…a menos que –dijo- surja otra alternativa. En noviembre de 2016 la apuesta de Castañeda era por alguna candidatura independiente.

En la reciente precampaña -un fenómeno que se agudizará en las campañas-, el panista Ricardo Anaya buscó capitalizar el descontento contra el PRI y sus baterías fueron enfocadas a José Antonio Meade. La estrategia del abanderado del frente tripartita (PAN-PRD-MC) es primero tratar de colocar en un lejano tercer sitio al priista para luego dirigir sus ataques a López Obrador. Todo indica que el abanderado de Morena logró colocar como eje una de sus políticas aplicadas desde hace más de veinte años: que en la contienda haya sólo dos competidores.

En tanto, resulta muy complicado que Meade Kuribreña logre una fórmula para captar al segmento antisistema a pesar de que el PRI optó por un “no militante”, por lo que quizá veamos un nuevo enfoque en su campaña (inclusive con un acuerdo tácito con el PAN): lograr que la carrera final sea entre tres y no sólo dos como busca AMLO...o volver al escenario del 2006, cuando se decidieron apoyar a quien les garantizara derrotar al tabasqueño. Pero las circunstancias han cambiado. (vmsamano@yahoo.com.mx)