Propuesta de reforma fiscal para bebidas alcohólicas

OTRO MÁS A LA LISTA

La Comisión para la Industria de Vinos y Licores (CIVyL) propuso una reforma al esquema fiscal aplicable a las bebidas alcohólicas, con el objetivo de aumentar los impuestos a los destilados de bajo costo y combatir el mercado ilegal que se beneficia de la actual estructura tributaria.

La iniciativa busca modificar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para que se base en el contenido de alcohol por volumen, en lugar del valor comercial del producto.

La propuesta consiste en aplicar un IEPS proporcional al grado de alcohol de cada bebida, lo que implicaría mayores cargas fiscales para los destilados baratos con alto contenido alcohólico, como algunos tipos de aguardiente, licor de caña o productos no regulados que circulan en mercados informales. Según CIVyL, este cambio permitiría:

• Reducir el incentivo al contrabando y la informalidad
• Mejorar la recaudación fiscal hasta en un 70 %
• Simplificar la administración tributaria para productores e importadores
• Fortalecer el control del SAT sobre el mercado de bebidas alcohólicas

La industria argumenta que el esquema actual penaliza a los productos formales y favorece la evasión fiscal, ya que muchos destilados baratos se venden sin cumplir con las normas sanitarias ni fiscales.

El nuevo modelo permitiría una fiscalización más equitativa, al gravar el contenido de alcohol y no el precio, lo que evitaría que productos de baja calidad y alto riesgo para la salud se comercialicen a precios irrisorios.

• La propuesta ha sido presentada ante la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, en el contexto de la discusión sobre la Ley de Ingresos 2026. Aunque aún no se ha aprobado, ha generado interés entre legisladores que buscan cerrar brechas fiscales y reducir riesgos sanitarios asociados al consumo de bebidas adulteradas o no reguladas.

Expertos en salud pública han respaldado la medida como una forma de desincentivar el consumo excesivo de alcohol barato, mientras que algunos productores artesanales han pedido excepciones para bebidas tradicionales que cumplen con normas de calidad y trazabilidad.