Crece abigeato en cuatro municipios

Tabasco.-

INCREMENTAN LOS ROBOS

El robo de ganado creció 50 por ciento en el primer semestre de este año en Tabasco en comparación con el mismo periodo del 2024, indican estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

De acuerdo a los prontuarios estadísticos de la Fiscalía General del Estado (FGE), Macuspana, Centro, Tenosique y Centla son los municipios más golpeados por este delito, conocido como abigeato.

Datos del secretariado ejecutivo señalan que de enero a junio de este año, la FGE de Tabasco abrió 138 carpetas de investigación por robo de ganado.

• Esa cifra es 50 por ciento mayor a los 92 casos del mismo periodo del 2024.

En el desglose por municipio que publica la fiscalía, Macuspana es el más golpeado por el robo de ganado, con 28 casos en los primeros seis meses del año en curso.

• Le siguen Centro con 24 casos, Tenosique con 18 y Centla con 11. Tan solo en junio pasado, Macuspana y Centro encabezaron con seis eventos de abigeato y en Centla hubo tres.

La escalada de casos de abigeato registrada hasta lo que va del año 2025 se presenta a pesar de los esfuerzos legislativos recientes. 

Cabe destacar que en las últimas legislaturas, el Congreso del Estado ha aprobado diversas reformas al Código Penal de Tabasco con el objetivo de endurecer las sanciones para quienes cometen este delito, buscando así disuadir su comisión y brindar mayor protección al sector ganadero.

Además, la Fiscalía General del Estado cuenta desde hace varios años con una fiscalía especializada en el combate del delito del abigeato, la cual fue creada con la intención de atender de forma más eficaz y focalizada los casos relacionados con este ilícito, que representa una amenaza constante para el patrimonio rural.

• Este delito se encuentra clasificado dentro del catálogo de ilícitos que atentan contra el patrimonio, y su impacto no es menor. 

El robo de ganado afecta directamente la economía de los productores ganaderos, especialmente de los pequeños y medianos, al generar pérdidas económicas significativas, así como desincentivar la inversión en el campo y fomentar la percepción de inseguridad en las zonas rurales.